Dr. Rafael Pineda

Yo diría dos cosas de estos testimonios. No tengo ninguna objeción a las decisiones anticipadas, en absoluto, pero a mí me gustaría que las decisiones anticipadas se renovaran con alguna periodicidad.

Porque una cosa es la decisión anticipada que toma un individuo de 50 años en plena salud, la decisión anticipada que puedo tomar yo con 67 años en muy buena salud y las decisiones que puede tomar un individuo que está enfermo, con una enfermedad grave, y muchas veces pueden ser revocadas esas decisiones. Entonces yo creo que las decisiones anticipadas deberían actualizarse periódicamente.

La otra cuestión que de alguna manera toma lo que decía la Dra. Florencia Luna es dónde morirse. La sociedad actual le tiene pavor a la muerte, no miedo, pavor..., entonces no quiere que el familiar se muera en casa. Es el mejor lugar para morirse. Lógicamente hay situaciones en las que un familiar no puede morirse en casa. Pero la tendencia es, como decía la doctora, largas hospitalizaciones. Hay que tratar de que el enfermo crónico, padeciente de un cáncer o un enfermo anciano se muera en su casa rodeado de su familia. Mi madre se murió en casa rodeada de su familia. Y yo tengo de esa situación el mejor recuerdo.