Hubo una época en que la gente de todos los niveles sociales prefería mandar a sus hijos a las escuelas y los hospitales públicos. Pero ya hace muchos años que los hospitales públicos vienen sufriendo la poda de sus presupuestos por parte de gobiernos para los que la medicina de alto nivel en atención y complejidad debe quedar circunscripta al área de la salud privada. La idea es que los que no pueden pagar la buena medicina no tengan atención o deban recurrir a lugares descascarados, semiderruidos, sin equipos ni elementos de primera necesidad.
El Hospital Garrahan fue concebido con la idea opuesta y se convirtió en una institución con prestigio internacional. El pediatra Fernando Matera fue presidente del primer Consejo de Administración del Hospital Garrahan, formó parte del equipo que lo puso en marcha. Fue fundador y en la actualidad es el presidente de la Fundación Garrahan, cuya finalidad es sostener y complementar al hospital. Además, entre 1984 y 1986 fue decano normalizador de la Facultad de Medicina de la UBA.
Matera señala que en el hospital público repercuten la mayoría de los problemas que padece la población. Dice que muchos pacientes dejan de asistir porque no tienen plata para el pasaje y que, en cambio, han llegado muchos otros que ya no pueden sostener las prepagas. La Fundación enfrenta estos problemas entre la comunidad, logró aportes de empresas, lanzó una campaña de reciclaje de papel, convocó a los vecinos, a los jubilados y a las escuelas. Matera afirma que aumentaron los problemas, pero que al mismo tiempo descubrió una intención solidaria muy fuerte entre la gente y una conciencia madura de la importancia que tiene la defensa del hospital público.