ESPECTáCULOS
Percusionista hiperkinética
Andrea Alvarez presenta hoy en el Centro Cultural San Martín un nuevo show, en que canta, arenga, gesticula, grita y toca.
› Por Pablo Plotkin
Cuando Andrea Alvarez se decidió a abrir la boca en un primer disco que llevara su nombre, fue para decir cosas que verdaderamente le importaban. Desde el alarido que ilustra la tapa, el debut solista de la percusionista que tocó con medio mundo (Soda Stereo, Charly García, Tito Puente, Divididos...) se presenta como una obra de carácter, que prioriza las formas de la canción por sobre el virtuosismo rítmico, y que no teme opinar abiertamente sobre ciertos traumas de la vida moderna. Andrea lo resume así: “Hablo sobre la gente que se queda sola en una búsqueda, el aborto, las adicciones, las mutilaciones que se hacen las mujeres por decisión propia. Creo que en este momento hay un doble mensaje muy fuerte: por un lado parece que hubiera una liberación, y por otro lado hay una represión absoluta. Toda la invasión estética sobre la mujer, la desprotección que siente el varón a nivel laboral y económico. A cada uno le pega de otra manera. El mandato masculino parece ser la preservación económica y el de la mujer, la preservación estética. Los dos están muy golpeados. Es muy difícil mantenerse íntegro con toda esa ametralladora de información y desinformación”.
En medio del primer Festival de Percusión porteño, Andrea Alvarez tocará hoy a las 21, con entrada libre, en la sala AB del Centro Cultural San Martín. Acompañada de Enrique Casal (teclados) y Mauro Quintero (guitarra), esta chica que tocó en Rouge, para Soda Stereo y Juan Carlos Baglietto, entre otros, presentará su nuevo show. En él, toca la batería y la percusión y canta. Todo a la vez. “Es algo muy... inédito, debo decir. El otro día me vino a ver el productor del disco (Emilio Haro) y me dijo ‘Andrea, estás loca’. ‘¿Por qué?’ Y me dijo: ‘Claro, cómo no te vas a cansar cantando, si estás haciendo 200 cosas a la vez. ¿Qué más te queda por hacer?’ No sé, supongo que pasar la aspiradora”.
La hiperactividad escénica de esta pequeña mujer orquesta se condice con el ritmo de su vida cotidiana. Además de llevar adelante su proyecto personal, Andrea es invitada permanente de la banda heavy Nativo (el miércoles subió con ellos al escenario de River, antes del show de Red Hot Chili Peppers), percusionista y corista de Patricia Sosa, profesora y madre. “Sé hacer muy bien el trabajo de percusionista y corista profesional. Me gusta mucho hacerlo. Me gusta acompañar a otro artista y sé ponerme en la necesidad del otro. Y dar clases es mi trabajo principal. Pongo mucha energía en todo. Obviamente, la energía principal la pongo donde la tengo que poner, que es en mi grupo”.
–Debe ser raro tocar para Nativo y a la vez para Patricia Sosa.
–Sí, son mundos diferentes, aunque a veces se me mezclan. El otro día soñé que iba a tocar con Nativo y de repente aparecía Patricia y proponía tocar un rock. Alguien me decía: “Andá a cambiarte, ponete la ropa de Patricia”. Entonces yo me vestía de negro y después me decían: “¡Ahora cambiate de nuevo que tenés que tocar con Nativo!” Me desperté pensando: “No, estoy muy paranoica, ya no puedo más”. Si bien a mí me gusta tocar en cualquier situación, a veces es difícil tener energía para todo: ser madre, componer canciones, dar clases, tocar para otros artistas... Yo pongo mucho, y quedo agotada. En este momento no sé si llego a pesar 40 kilos.
–¿Ya está pensando en otro disco?
–Es que el primero salió en un momento tan malo que me parece que tengo que darle más vida antes de pensar en hacer uno nuevo. Puede ser que el año que viene piense en eso, pero tendría que encontrar a alguien que lo financie. La experiencia del primer disco fue muy sacrificada, en ese sentido, porque fue hecho con la economía de mi casa. Estamos en un momento en que hasta los discos con apoyo empresarial no dan réditos, así que ¿qué le queda a uno independiente como el mío? Yo ahora lo único quequiero es que el disco lo tenga la gente. Y que lo escuche. Que escuche lo que pasa ahora, porque los discos siempre se pueden reeditar más adelante. Pero, como estoy contenta con lo que hago, cosa que no pasa siempre, tengo muchas ganas de mostrar lo que está pasando, lo que me está pasando. Lo que pude conseguir musicalmente.