Por Oscar Ranzani

El año 1968 marcó un quiebre en la vida política y cultural francesa. Fue entonces cuando el ya famoso cineasta Jean-Luc Godard inició el camino más polémico de su vida al intervenir activamente en el Mayo Francés. Atrás había quedado el surgimiento de la nouvelle vague y varios films del realizador que fueron piedras basales del movimiento (Sin aliento, El soldadito, Vivir su vida, Pierrot y el loco, Weekend). Durante la revuelta estudiantil, el director pasó a integrar los Estados Generales del Cine, una suerte de asamblea popular que reunió a un grupo de jóvenes realizadores comprometidos con la protesta. El 18 de mayo, los Estados Generales del Cine tomaron las salas del Festival de Cannes y pelearon por su clausura, en solidaridad con los estudiantes y los trabajadores en huelga en las calles del barrio latino de París. Luego de varias horas de enfrentamiento, los cineastas lograron su cometido. De esta manera, Godard, que ya había definido una estética propia que alteraba las convenciones del cine, se acercaba cada vez más a la pregunta que lo obsesionaría en los años siguientes: “¿De qué manera hacer políticamente películas políticas?”. Este hecho es narrado con detalles en el especial que emitirá Canal (á) mañana a las 17.30 dentro del Ciclo “Movimientos de la Cultura Universal”.
El programa también realiza un repaso por la historia de su obra cinematográfica que comenzó en 1959 con Sin aliento, un film de ruptura que terminó siendo reconocido como el manifiesto de la nouvelle vague, luego de sus incursiones como crítico en la legendaria revista Cahiers du Cinéma hasta su última etapa en el campo del video y la televisión. El especial registra con minuciosidad las diferentes motivaciones estéticas que Godard tuvo a la largo de su trayectoria como cineasta, y la necesidad de asumir una posición política enfrentada con los parámetros del cine convencional.
Luego del compromiso que asumió el cineasta en el Mayo Francés y, a partir del encuentro con Jean-Pierre Gorin (miembro de la Unión de las juventudes comunistas marxistas-leninistas), Godard constituyó un grupo cinematográfico integrado por militantes de diversas organizaciones de izquierda, que se conoció como “Dziga Vertov”, en homenaje al gran cineasta de la revolución soviética. “Dziga Vertov fue un auténtico cineasta bolchevique, mientras que Eisenstein fue siempre un cineasta progresista, pero burgués”, explicaban por entonces sus integrantes. El objetivo del grupo era la realización de películas que provocaran intervenciones críticas en abierta oposición al aparato cultural, social y político de la época.
Entre 1969 y 1972 el grupo Dziga Vertov realizó colectivamente films de bajo presupuesto con una estética casi amateur. Una de las películas que más trascendió fue Letter to Jane, dirigida por Godard y Gorin en 1972. El film consistía en un único plano fijo de 52 minutos sobre una foto de Jane Fonda en Vietnam. La película, que radicalizaba las posiciones políticas del grupo en el plano estético, se completaba con las voces de los realizadores criticando el progresismo burgués y reflexionando sobre las implicancias políticas de las imágenes. Sin embargo, Godard advirtió para esa época que era necesario buscar nuevos planteos y experimentar con distintas formas y el grupo finalmente se disolvió.
Junto a su mujer Anne-Marie Miéville, Godard se recluyó “lejos de Hollywood y de la nouvelle vague”, según el mismo explicó, y comenzó a realizar videos buscando nuevas formas que le permitiesen poner en cuestión los códigos cinematográficos. Sin embargo, no abandonó el cine y, a lo largo de los 80, alternó libremente entre estos dos formatos. Durante esa época nacieron Yo te saludo, María, Detective y Cuida tu derecha, entre otros films fuera de toda norma. Todas estas exploraciones desembocaron finalmente en el ambicioso proyecto Historia(s) del cine, unmonumental-ensayo en varios capítulos, realizado en video entre 1988 y 1998, que significó la síntesis de Godard como crítico y cineasta.