Liza Minnelli vuelve a tener buen aspecto. Con 55 años y tras haber superado una grave enfermedad, se siente nuevamente en forma para regresar a los escenarios. “Estoy de regreso. Me siento bien. Revivo cada día”, dijo ayer a los periodistas reunidos en Londres. Pero como un buen aspecto no alcanza para que el público compre entradas para los conciertos, la veterana artista comenzó a cantar en el lujoso hotel Dorchester. Cantó tres canciones, entre ellas, lógicamente, “Cabaret”, como si quisiera probar a toda costa que su voz le sigue respondiendo. Y lo logró. Con esas armas inmejorables, Minnelli comienza el 2 de abril en Londres una gira europea bajo el título Liza’s Back. El estreno será en el Royal Albert Hall: “La última vez que estuve allí fue con Frankie Sinatra y Sammy Davis Jr.”, recordó. Pero antes volverá a ocupar las páginas de sociedad, ya que el 16 de marzo se casará en Nueva York con el productor David Gest, acto al que asistirán personajes de la talla de Michael Jackson y Elizabeth Taylor como testigos. “Soy un pura sangre. Tengo una fuerza interna que me dieron mis padres”, dijo Minnelli, hija de Judy Garland y Vicente Minnelli. Esa fortaleza le hizo falta muchas veces. La más reciente fue a mediados del año pasado, cuando debió luchar contra una encefalitis, cuyo virus contrajo en Florida. Ya entonces su salud no era buena. En 1999, se quedó sin voz durante semanas, el corolario de una vida en la que debió combatir varias veces contra su adicción al alcohol y los psicofármacos. “Hace un año no podía caminar, no podía hablar y tenía que trasladarse en una silla de ruedas. Desde entonces, adelgazó noventa libras y puede volver a cantar”, dijo Gest. “Cuanto más adelgazo, mejor me va. Quiero reír y divertirme un poco. Antes todo era un poco serio”, completó Liza.