Jue 31.10.2002

ESPECTáCULOS  › “¿SABES NADAR?”, UN LLAMATIVO (Y DEMORADO) FILM DE DIEGO KAPLAN

Irse de vacaciones fuera de estación

El film, humilde y ambicioso a la vez, se asoma a una galería de personajes que dan espesor a una trama aparentemente simple. “Amen” echa luz sobre la actuación del papa Pío XII durante el nazismo, mientras que a “Halloween: Resurrección” le cuesta apartarse del lugar común.

› Por Martín Pérez

Traje arrugado, corbata floja y barba de tres días. Tailleur ceñido, maquillaje inmaculado y anteojos negros. Facundo es un veinteañero que acaba de separarse tempestuosamente de su novia. Y ella es la madre de su novia, con la que se encuentra vertiginosamente en un taxi. “Tenés que ayudarme: ayer me echó de su casa”, arranca él. “¿Y vos que le hiciste?”, pregunta ella. “Nada”, miente Facundo. “Yo sé lo que te digo: en el mundo hay miles de mujeres iguales a mi hija”, es su consejo de madre. “Puede ser, pero yo no puedo vivir sin ella”, asegura Facundo, que sin embargo podrá vivir sin ella. Al menos durante el resto de la película.
Acelerado prólogo de ¿Sabés nadar?, la demorada opera prima de Diego Kaplan, la escena tiene el bizarro plus de ser interpretada nada menos que por Juan Cruz Bordeu y su madre en la vida real, Graciela Borges. Pero, además de presentar al personaje que llevará rápidamente la trama del film a Mar del Plata, en busca de solucionar con la distancia sus problemas sentimentales, sirve como advertencia de todo lo que no será ¿Sabés nadar? Porque el film de Kaplan –filmado casi heroicamente cinco años atrás en apenas quince días, en La Feliz– no hace hincapié en lo bizarro para entretener a su público. Simplemente tiene una historia para contar. Y la cuenta.
Alguna vez, entre las tantas definiciones que acuñó con respecto a su película durante todos los años que su estreno comercial estuvo demorado, Kaplan dijo que su film es “una comedia veraniega en invierno”. La frase no hace más que evidenciar las paradojas contenidas felizmente y sin hacer ninguna alharaca por un film tan sencillo y complejo a la vez como ¿Sabés nadar? Sencillo porque simplemente cuenta la historia de un porteño sin nada mejor que hacer, en una ciudad veraniega fuera de temporada, que intentar acercarse a una moza hermosa en un bar diciéndole que es un director en busca de una estrella. Complejo porque, lejos de las cuestiones formales, semejante historia lo es en tanto y en cuanto sus personajes también lo sean. Los personajes creados por el guión de Constanza Novick ciertamente lo son.
Llenos de vida, con toda la carga de mentiras, verdades, entusiasmos y miserias cotidianas que eso significa, tanto el obsesivo Facundo como su no tan inocente musa Dolores son apenas la punta de un iceberg de relaciones triviales, que van construyendo una película ambiciosa y humilde a la vez. Sin ninguna pretensión naturalista, construyendo su propio mundo escena tras escena, ¿Sabés nadar? es un film casi teatral, en el que las mínimas intenciones de los personajes parecen irse revelando con la misma sorpresa tanto para ellos mismos como para el espectador, y todo gracias al notable trabajo de interpretación de un reparto totalmente entregado al proyecto, en el que no hay ni una puteada made in cineargentino o una desgarrada performance de esas que lanzan carreras, pero nunca películas.
Con todo el tiempo transcurrido desde su rodaje, ¿Sabés nadar? se convirtió casi en un film nostálgico, por tiempos que nunca llegaron y ya se fueron. Allí está Leticia Brédice, antes de ser la nueva diva del cine argentino. Allí está también el mejor Birabent actor, antes de desaparecer detrás de una carrera musical. Allí también está el germen de una generación que nunca fue, o al menos nunca terminó de aparecer en toda su plenitud. Salvo en este pequeño ensayo de cine de y con jóvenes, pero nunca joven, de dramita en algunas escenas en las que nada es lo que aparenta ser, y no es tampoco que aparente demasiado. Apenas recorre unos días en la vida de tres hermanas y sus novios, amantes y/o pretendientes en una ciudad pequeña, protagonizando lo que tal vez sea apenas una historia de iniciación que no romantiza para el género todas las injusticias atrapadas (y desatadas) por ese desgarrante proceso llamado “crecer”.



Argentina, 1998.
Dirección: Diego Kaplan.
Guión: Constanza Novick.
Fotografía: Ramiro Civita.
Edición: Diego Kaplan y Javier Puebla.
Música: Andrés Calamaro, Daniel Melero y Gillespi.
Intérpretes: Leticia Brédice, Juan Cruz Bordeu, Aldana Miró, Rita Cortese, Antonio Birabent, Iván González, Patricia Echegoyen, Mariana Briski, Damián Dreizik, Rolo Puente, Graciela Borges, Sergio Boris, Gabriel Lobianco y otros.
Estreno de hoy en los cines Village Recoleta, Atlas Lavalle, Cinemark Puerto Madero y Savoy.

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