ESPECTáCULOS
› EL TRIO CONDOMI-SNAJER-GUEVARA MUESTRA LO SUYO
“La música es compartir”
Los tres músicos, de extensa trayectoria, se unieron para salir de gira por el país y grabar un disco en vivo. Esta noche en el ND/Ateneo presentarán un espectáculo que resume esa experiencia.
› Por Karina Micheletto
Las trayectorias profesionales de Verónica Condomí (cantante), Ernesto Snajer (guitarrista) y Facundo Guevara (percusionista) los colocaron en un lugar reconocido y respetado dentro de la música popular argentina. Condomí aportó el particular color de su voz a los míticos grupos Músicos Independientes Asociados (MIA) y Músicos Populares Argentinos (MPA), cantó con Chango Farías Gómez, Peteco Carabajal, Divididos, Los Piojos, Jaime Roos y muchos otros, hace trabajos como solista y en dúo junto a Liliana Vitale. Ernesto Snajer es parte del quinteto de Lito Vitale, está haciendo un dúo de guitarras con el dinamarqués Palle Windfeldt –grabó un disco producido por Egberto Gismonti–, y acompaña a Soledad y Luciano Pereira, entre otros. Facundo Guevara, además de sus propios proyectos, acompaña a Liliana Herrero y a Pedro Aznar, y de él puede decirse que es uno de los percusionistas más solicitados del momento (tocó con Jairo, Soledad, Jorge Cumbo, Los Piojos, Sandra Mihanovich, Nora Sarmoria, entre tantos). Dos años atrás, Condomí, Snajer y Guevara se juntaron, y el resultado es un trío que, entre los proyectos que mantiene cada uno por su cuenta, sienten como el más propio de todos. “Es la gran diferencia entre acompañar y formar parte”, coinciden. Con esta formación ya editaron un disco en vivo, Cielo arriba, y con él recorrieron gran parte del país durante este año. Ahora, el grupo entiende que es el momento de “cerrar una etapa y abrir otra”, y en su presentación de hoy en el teatro ND/Ateneo, proyectan “mostrar lo que se hizo hasta ahora y abrir juego al nuevo material”.
“La música es para compartir”, repiten los tres, como una certeza que traen desde aquellos años de infancia en los que advirtieron que lo suyo era la música. Cuando Snajer tenía ocho años y escuchaba a The Beatles, obsesivamente, y supo que eso era lo que más le gustaba en la vida; o cuando Guevara se subió por primera vez a un escenario, y supo que eso era lo que más le gustaba en la vida. O cuando Condomí pedía por favor quedarse hasta tarde en las reuniones de grandes, donde toda su familia se juntaba a cantar y a tocar, y supo que lo que sentía entonces era algo que quería con ella para siempre. De aquella época data uno de los temas que hace el trío, “Zamba para la guagüita”. Se trata de una canción que Miguel Condomí, músico y compositor secuestrado y desaparecido en 1976, le escribió a su hija Verónica para que aprendiera a cantar.
–¿Por qué decidieron incluir el temas de su padre?
V. C.: –Mi papá escribió montones de temas alucinantes, que casi nadie conoce. Van pasando los años y siento que si no los canto yo no lo va a hacer nadie. Para mí es un orgullo estar cantando tanto tiempo después un tema que conserva toda su belleza. Y poder hacerlo, junto con los chicos, con la forma que sentimos que tiene ahora.
–Varias de las canciones están en otras lenguas. ¿Cuál es el criterio de selección del repertorio?
V. C.: –Intentamos hacer cosas de distintas regiones. Hay temas en quechua, en tzutuhil (un dialecto guatemalteco), y en guaraní, que es mi lengua materna. No sólo hay animales en peligro de extinción, también las lenguas van desapareciendo y hay que cuidarlas. Sobre todo porque en el sonido de esas lenguas está guardado el perfil de la gente que las habla, cómo son, cómo entienden el mundo.
F. G.: –No sólo queremos reivindicar estas lenguas antiquísimas, sino tomarlas como un punto de partida, como una plataforma de lanzamiento para hacer la música que nos inspira la letra, de acuerdo con lo que dicen y a cómo suenan los fonemas, con toda la libertad.
–¿Cuál creen que es el mayor logro del trío?
V. C.: –Que es, de verdad, un trío. Está ensamblado de forma tal que cada uno tiene su lugar, no es que ellos me acompañan a mí. Hay mucho espacio para la improvisación. Este show, por ejemplo, lo vamos a abrir con una improvisación: es tirarse a la pileta pero también es buscarnos y encontrarnos en el aire. Para mí, eso es lo más lindo de la música.
F. G.: –Hay una química muy especial entre nosotros, por la libertad que tenemos para abordar la música. Disfrutamos creando juntos, buscando.
E. S.: –Desde que nos juntamos, a pesar de la crisis y de que todos hacemos bastantes cosas en paralelo, tocamos muchísimo. Esa es una interacción que funciona. Lo tengo que decir de nuevo: nosotros creemos que la música es para compartir.