ESPECTáCULOS
El “tango del corralito”, según la particular mirada de la BBC
El documental de la cadena británica “Argentina - You’ve been Tango’d”, que intenta describir los sucesos posteriores a diciembre de 2001, trastabilla a la hora de contextualizar los procesos históricos que decantaron en la crisis.
› Por Mariano Blejman
Muchas veces, cuando se intenta comprender la realidad argentina a partir de miradas ajenas, se cae en anecdotismos trillados, cuando no en aberraciones históricas. La televisión no está exenta de caer en ese facilismo. Ni siquiera la inglesa. La cadena británica BBC World, que tiene una prestigiosa trayectoria en el terreno documental, emitió durante los dos últimos fines de semana el especial “Argentina - You’ve been Tango’d”, que en español sería algo así como “Argentina: te tanguearon”, aunque la traducción oficial que hizo el canal aquí fue “El tango del corralito”. Es, sin duda, una particular manera de comprender los acontecimientos que marcaron el fin de 2001. El documental se repetirá hoy de madrugada, a las 6.30, en el ciclo “Correspondent”.
El trabajo (dividido en dos partes de media hora) mostró este fin de semana los días de enero y febrero de 2002, cuando Argentina se convirtió en una especie de laboratorio digno de ser inspeccionado por los enviados extranjeros. Y todo a través de las peripecias de Argelia y Teobaldo del Valle Cruz. La historia argentina, siempre generosa en confusiones, en el caso del ciclo “Correspondent”, no quedó muy clara. Se transcribe: “A principios de siglo Argentina era uno de los diez países más ricos de la Tierra. Luego vino Perón, que alguna vez fue amigo de Mussolini, que se adjudicó el nombre de Padre de la Patria. Su esposa, Evita, se volvió un icono luchando contra la pobreza. El problema vino cuando la Mafia tomó el poder y controló el Ejecutivo, Legislativo y Judicial: era el señor Carlos Menem”. Un siglo de la Argentina condensado en un párrafo. Ni los radicales ni los militares parecen haber existido para la BBC.
Que no aclaren, que oscurece. El trabajo intenta explicar qué ha sucedido con los ahorros de la gente. Se escucha: “Argelia está furiosa con su banco en Buenos Aires. Pasó todo el día golpeando las puertas cerradas del HSBC, para tratar de obtener sus ahorros que han quedado congelados”, dice la voz en off de Olenka Frenkiel. El matrimonio era el indicado para la historia: Argelia explica a cámara sus peripecias para recuperar el “robo sistemático que hicieron los bancos”. Ninguna novedad para los argentinos, pero increíble para Londres: el HSBC, donde Argelia tenía depositados sus 1500 pesos, es un banco inglés (y no de plaza justamente). El film sigue un día de Argelia para comprender la catástrofe argentina. La solución que ofrece Teobaldo, su marido, es hacerse presidente.
La segunda parte del documental tiene tanto de “for export” que termina siendo bizarro. Otra vez Argelia golpea las puertas de un banco de la peatonal Florida. Detrás, una pareja baila un tango mientras la gente protesta. Luego Argelia viaja hacia Tucumán, que –por lo que se ve– bien podría ser Ruanda. Teobaldo, en tanto, explica que él podría salvar al país, y deja ver su camiseta de “Teobaldo presidente”. Asiste a un encuentro peronista, donde se lo escucha decir, subtitulado en inglés: “Perón, Perón, how great you are”. El ministro Roberto Lavagna aparece y habla frente a cámara en un correcto inglés: “La gente en Argentina, banqueros y grandes corporaciones ayudaron a mantener un modelo económico que era socialmente inaceptable y económicamente insustentable”.
Argelia golpea con un martillo las puertas del HSBC, mientras la voz en off aclara: “Sólo puede golpear las puertas, pero no puede romper el sistema. A través de Argelia, Teobaldo, sus hijos, vecinos y amigos, vemos la cara humana, económica y social de la crisis en escalas imprecedentes en la historia argentina”. Al parecer, las buenas intenciones de mostrar las caras humanas de la reportera Olenka Frenkiel, de su “Online Producer” Andrew Jeffrey o de la directora argentina, Daniela Volker, parecen haber quedado desvirtuadas cuando los crudos del material terminaron en manos de un editor como Karen O’Connor y un “deputy” editor, David Belton, dosverdaderos personajes “ad hoc” de Latinoamérica que, amparados en sus títulos, habrán pensado al terminar: “Esa sí que es Argentina”.