ESPECTáCULOS
› “THE BEST & THE B-SIDES 1990-2000”
El libro gordo de U2
El disco, que aparece hoy en la Argentina, presenta grandes éxitos, remezclas, un CD de rarezas y un DVD con clips explicados por sus directores. Al cabo, una guía fundamental sobre la era moderna del grupo.
› Por Eduardo Fabregat
¿Puede reducirse a U2 a su mínima expresión? La pregunta fue formulada por el mismo grupo, puertas adentro y más de una vez en su abultada historia, sobre todo cuando el peso adquirido hizo temer por su estructura. La historia cuenta que los barroquismos de la grabación de Achtung baby lo convirtieron en el trabajo de estudio más tormentoso. La historia, también, cuenta que tras el monumental Pop Mart Tour, Bono, The Edge, Larry Mullen y Adam Clayton lo repensaron todo y reaparecieron con un disco de síntesis –All that you can’t leave behind– y un show diseñado para pequeños estadios. Paradójica pero previsiblemente, disco y gira se convirtieron en otro éxito millonario, una maraña de cifras y reacciones que a veces no permite ver a U2 en esa mínima expresión: cuatro tipos que aman hacer canciones, más allá de los adornos sonoros y las grandilocuentes declaraciones de Bono, el inesperado amigo del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neill.
La otra manera de poner a un grupo tan lleno de matices en cuadro es la recopilación. Así lo entendieron los irlandeses al darle forma a su The best & The B-Sides of 1980-1990, editado en 1998, una completa radiografía de lo hecho en esos ‘80 que los instalaron en las páginas grandes de la música contemporánea. Liquidada la segunda década de vida, The best & The B-Sides of 1990-2000 viene a dar el pincelazo final, el que retrata al U2 si se quiere moderno. Pero, ante todo, el U2 que aquilató la experiencia de esa década de consolidación y supo extender sus fronteras. El disco, que aparece hoy en Buenos Aires y al que Página/12 tuvo acceso exclusivo, posee dos versiones: la full integra un CD de éxitos con otro de lados B y un DVD que presenta clips de “Please”, “If God will send his angels”, “Wild horses”, “Lemon”, “Last night on Earth” y “Mofo”, más comentarios de los directores –de la talla de Wim Wenders, Anton Corbijn y Stephane Sednaoaoui– y el minidocumental The road to Sarajevo, realizado en la capital bosnia en la visita realizada por el grupo en 1997. Un auténtico banquete.
La segunda versión, más adecuada a los raídos bolsillos argentinos, presenta sólo el primer disco. Sin embargo, no es un dato que desmerezca la oferta. Hábiles estrategas, los músicos armaron una lista que no se apoya exclusivamente en el material conocido: como golosina se ofrecen dos canciones nuevas, y otras cuatro son mezclas alternativas al original, lo cual refresca el resultado. Hay en eso, también, una sutil valoración por parte del grupo sobre su historia reciente: de esas mezclas re-producidas por Mike Hedges, tres pertenecen a Pop, el disco que quizá hoy parece más fuera de caja. Así, “Gone” encuentra un aire más áspero, más de banda en el garaje, con una toma alternativa de la voz; “Staring at the sun” se decide por la esencia acústica, y “Discothéque” parece un clon de la performance tocada que el grupo hacía en el Pop Mart. El restante “new mix” es “Numb”, el hipnótico track de Zooropa que posee suficientes sutilezas como para inspirar esta y la relectura presente en el CD 2.
El otro punto de atracción pasa por las canciones nuevas. “Electrical storm”, también presente en el CD 2, muestra a un U2 clásico, curiosamente más cercano a Achtung baby que a All that you... y con el aporte del productor William Orbit. A pesar de una frase con más de una resonancia (“Hay una nube en el cielo de New York”), “The hands that built America” (perteneciente al soundtrack de la aún no estrenada Gangs of New York), está construida sobre piano, cuerdas y guitarra acústica y hasta un refuerzo de marimba, un sonido al parecer ideal para la historia de inmigrantes que cuenta Francis Ford Coppola. Queda, entonces, lo conocido. Y no es poca cosa: el CD 1 balancea cuatro canciones de Achtung... (“Even better than the real thing”, “Mysterious ways”, “One” y “Until the end of the world”), tres de Zooropa (“Numb”, “Stay (Faraway, so close)” y “The first time”), dos de All that you... (“Beautiful day” y “Stuck in a moment you can’t get out of”), las tres de Pop, una de Passengers (“Miss Sarajevo”) y una del soundtrack de Batman forever, “Hold me, thrill me,kiss me, kill me”. Repasar la lista da una adecuada idea del valor de la selección. Quienes puedan acceder a la versión full, en tanto, tendrán el festival completo: los B-Sides (ver recuadro) permiten asomarse al cuarto de trabajo de la banda y revolver entre su historia alternativa.
¿Cómo reducir a U2 a su mínima expresión? Es un ejercicio trabajoso, pero un trabajo que vale la pena. Atravesar los dos compilados que resumen la carrera de los irlandeses más famosos (más allá del IRA) permite advertir cómo los riffs de Edge mutaron del guitar hero de los ‘80 al sutil instrumentista que explora y explota todas las posibilidades armónicas y melódicas de su instrumento, cómo la base Clayton/Mullen supo flexionar músculos y sonidos sin perder identidad, cómo la voz de Bono fue ganando en profundidad y poder de expresión, cómo el grupo abrió la conciencia a toda clase de sonidos y formas de producción y aún hoy puede seguir sonando como cuatro tipos en un cuartito, disfrutando de lo suyo. Esa es la cuestión: aun reducido a su mínima expresión, U2 sigue siendo grande. Muy grande.
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