ESPECTáCULOS
› EL REGRESO DE LOS PROGRAMAS INFANTILES A LA TELEVISION DE AIRE
Otra vez, las tardes son de los chicos
La explosión del cable –con sus propuestas de señales infantiles– hizo que los canales de aire archivaran sus programas para niños. La nueva tendencia responde a la crisis: más de un millón de abonados abandonaron el cable.
› Por Emanuel Respighi
Cuando a mediados de la década del 90 la televisión por cable invadió millones de hogares argentinos, la televisión abierta se vio forzada a replantear una parte de sus contenidos. En el nuevo escenario, los programas infantiles –que en otros tiempos se habían consolidado como un género indispensable en las grillas de los canales de aire– quedaron relegados a las señales de cable dedicadas a los más chicos. A excepción de algún programa aislado y de los intentos del canal estatal, la TV abierta prefirió darles la espalda a los chicos, muchos de los cuales se acostumbraron a servicios de cable con tres, cuatro, cinco y hasta seis canales infantiles. Pero nada es para siempre y hoy, a más de un lustro del comienzo de aquel fenómeno, los ciclos infantiles volvieron a tener un lugar en las pantallas de la televisión abierta. Con un detalle: se trata de programas que heredan formatos televisivos antiguos o programas considerados “clásicos” de la historia de la televisión.
El hecho de que la TV abierta incluya actualmente ocho ciclos dedicados al público infantil no indica únicamente un cambio en la mentalidad de los programadores. La estrategia, aunque no lo digan públicamente, también responde a una situación puntual, relacionada directamente con la crisis: en un proceso inverso al que se inició en los ‘90, más de un millón de hogares quedaron afuera del mundo del cable en los últimos diez meses. En consecuencia, el grupo de niños que ahora debe saciar sus expectativas en la televisión abierta es mucho mayor que el de años atrás, cuando la Argentina tenía más cantidad de hogares conectados a sistemas de cable que hogares con teléfonos de líneas.
De los ocho ciclos infantiles que forman parte de la programación de los canales de aire, tres son productos nacionales (“La banda de Cantaniño”, “Animax” y “Piñón Fijo es mi nombre”), cuatro son latas extranjeras de archivo (“El show del Chavo”, “Chespirito”, “Los Simpson” y “Sabrina”) y uno está producido por Disney en colaboración con Cuatro Cabezas (“Zapping zone”). La mayoría, a excepción de “Los Simpson”, “Zapping zone” y “Sabrina” –que responden a un target de público de más edad–, poseen una línea narrativa que se aleja del estilo que a principios de los ‘90 impusieron Xuxa y Flavia Palmiero. Además, otros dos ciclos infantiles producidos en el país saldrán al aire en las próximas semanas (ver aparte). En general la idea básica es: los chicos dejaron de ser “cancheros”.
El caso más emblemático al respecto es el de “Piñón Fijo es mi nombre” (lunes a viernes a las 11.30 y sábados a las 12, por Canal 13). En este caso, el cordobés Fabián Gómez retoma el molde de juegos fáciles y canciones simples y didácticas con el que alguna vez Carlitos Balá o Pipo Pescador divirtieron a un par de generaciones. “La apuesta de poner al aire un programa conducido con un payaso era muy jugada, porque hacía mucho tiempo que en la televisión no había un payaso”, cuenta a Página/12 Pablo Codevila, asesor de programación de Canal 13. “Sentimos la necesidad de poner en la televisión actual, en la que hay tanto vértigo y locura, a un payaso transparente y cálido. Creemos que es algo muy bueno para los más chicos. Es un poco rescatar una estética que se había perdido y con la que muchos de nosotros nos habíamos criado”, subraya.
Acompañado por niños rodeados de una escenografía que simula ser un circo, “Piñón Fijo” está pensado para entretener a los más chicos de la familia, a aquellos que no superen los ocho años. Los títeres, los malabares y las monosilábicas canciones que canta el payaso (tiene tres discos editados) dan prueba de que el programa se apoya en todo el histrionismo del cordobés. “Por ahora decidimos no incluir dibujos animados ya que son todos muy violentos y no va con el estilo del programa. En tal caso, lo que estamos pensando es hacer un dibujo cuyo personaje sea el payaso, contando historias íntimas”, adelanta Codevila.
Otro ciclo que apunta al viejo formato es “La banda de Cantaniño” (lunes a viernes a las 18, por Telefé), el concurso musical que conduce FlorenciaPeña. Continuando con el estilo de “Cantaniño” o “Festilindo”, el programa no es más que un masivo casting de 130 chicos, de entre 2 y 11 años, de los que saldrá un grupo musical compuesto por cinco integrantes. Lejos del glamour de Xuxa y los diminutivos de Caramelito, Peña logra dejar el programa en manos de la frescura y la ingenuidad de los chicos, aunque cruzados por el espíritu realitymaníaco de los últimos años.
“La vuelta de `Cantaniño’ –cuenta Pablo Ramírez, productor ejecutivo del ciclo– se debe a dos puntos fundamentales. Por un lado, la irrupción de los programas en los que la gente común tiene la posibilidad de triunfar por medio de la TV, tal el caso de `Popstars’. Y por otro, la realidad del país que llevó a que mucha gente deje el cable. En otra época, competir con las propuestas infantiles del cable era muy difícil. Hoy, la realidad hizo que este tipo de propuestas sanas tenga su espacio en la TV abierta: hay una gran masa de chicos que el único entretenimiento que tienen al volver del colegio es sentarse a ver los cinco canales de TV abierta.”
Muy distinto a “Piñón Fijo...” y “La banda...” es el programa infantil de Canal 7. “Animax” (lunes a viernes a las 17), conducido por Claudio Morgado, no es ni más ni menos que un programa de dibujos animados japoneses. Costeado por dinero que sale del bolsillo del mismo Morgado, el ciclo emite las series animé de “Digimon” y “Megabox” desde hace casi un año. “La idea del programa –cuenta Morgado– surgió porque a mí me interesa estar cerca de los chicos. Como en el canal no había un mango para producir un ciclo infantil en vivo y la TV por cable empezó a ser un privilegio, nos volcamos a emitir animé, aunque nos fijamos de que no sean violentos y tengan comportamientos pro-sociales. Y creo que la idea gustó, porque nos va muy bien de rating para lo que es la media del canal.” Además, el conductor de “TV Registrada” anticipó que es muy probable que en las próximas semanas arranque en Canal 7 un ciclo similar a “Cablín”, la señal de cable infantil que se convirtió en suceso hace más de siete años.
Acompañando a estas tres producciones nacionales, en la grilla de Canal 9 conviven también dos clásicas creaciones de Roberto Gómez Bolaños, que con el tiempo se transformaron en ciclos históricos para el público argentino: “El show del Chavo” (lunes a viernes a las 18) y “Chespirito” (a las 11.30). Los domingos, en tanto, el 9 abre la programación con la serie “Sabrina” (a las 12). Por su parte, Telefé continúa emitiendo los capítulos estrenos de “Los Simpson” (martes, miércoles y viernes a las 21), y un especial de “Zapping zone” los sábados a 11.30. Todos los ciclos intentan devolverles a los chicos un espacio que les pertenece. Un espacio que, crisis mediante, suma televidentes.
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