Vie 01.02.2002

ESPECTáCULOS  › UN RECORRIDO POR LAS MEJORES SERIES QUE SE ENCUENTRAN EN LOS CANALES DE CABLE

El top ten de las ficciones (made in USA)

Para alejarse de la angustia de los noticieros y las repeticiones de películas, el cable ofrece en estos días un amplio menú de series que van de clásicos de la comedia como “Friends” a otras de ardiente actualidad como “The West Wing”. Aquí se ofrece una guía para no perderse las mejores opciones del verano.

› Por Julián Gorodischer

Tienen una declarada pretensión de abarcar el mundo. Pero no una parte, un fragmento, un retazo. En el cable, las series (sitcoms y ficciones dramáticas) compiten por apropiarse de un último pedazo de realidad, ese rincón que todavía no fue elegido por ninguna otra para recrearlo. Seleccionan un target (gays, mujeres...), o un tema (política, policiales), o una época (los 70, los 90), o una profesión que se supone “emocionante” (abogados, periodistas), y la maquinaria no se detiene. Eran hasta hace algún tiempo el tesoro de un par de canales –Fox y Sony–, apenas una clave para entendidos, pero ahora se expanden en la grilla y ensanchan la gama de opciones. Mientras la escena pública argentina se repliega –junto con la merma de estrenos de cine, de recitales y demás–, la oferta para “estar adentro” suma.
Dispersas en la grilla de los canales Sony, Fox, Warner e I-Sat, algunas series asombran por su capacidad de generar conversación y comentario. Se consagraron, esta temporada, por mostrar el sexo sin velos (“Queer as folk”), o por su capacidad de ponerse al día con la actualidad política (“The west wing”) o, simplemente, por consolidarse como clásicos (“Friends”, “Ally McBeal”). Aquí, un recorrido por algunos títulos destacados, una guía para internarse en el mundo de las series con buen paso.
Queer as folk (viernes a las 23, por I-Sat). Si bien la temática gay es uno de los fetiches de las sitcoms (desde Ellen de Generes hasta “Will and Grace”), la tele no se había metido en las camas. Esta producción británica acompaña a tres hombres en su peripecia sexual: en busca de acompañantes en los boliches de Manchester, o simplemente dirimiendo quién de los tres gusta de quién, y en qué medida. Stuart (Aidan Gillan) alterna su función de padre entre su hijo recién nacido y Nathan (Charlie Hunnam), el adolescente al que inicia sexualmente. Vince es el tercero en esta historia, amigo y enamorado de Stuart. “Queer as folk” elude tres problemas que podrían haberla arruinado: nunca moraliza, no adhiere al discurso en boga de la corrección política, ni censura su propia historia a la hora de mostrar a sus personajes en la intimidad.
Will and Grace (jueves a las 20, por Sony). Tras la partida de “Friends” a la señal Warner, la crónica de la relación entre Will Truman y Grace Adler, y de su convivencia sin tensión sexual –él es gay, ella heterosexual–, ocupa un lugar central en la programación de Sony. Cuatro temporadas le acreditan, ya, una condición de clásico a la que abonan sus personajes secundarios: Karen y Jack, dos extravertidos que funcionan como contrapunto para la sequedad de los protagonistas. “Will and Grace” es del tipo “diez remates por minuto”. Como serie temática (o monotemática), su universo es restringido: hablar sólo de una cosa puede servir para familiarizar con la vida de las minorías sexuales, pero restringe el universo a eso, y solamente eso.
The Ellen Show (martes a las 21.30, por Sony). En tiempos en que el tema gay es favorito de las nuevas series, Ellen de Generes regresa con un nuevo show en el que es tan ella misma como en su ciclo anterior (“Ellen”). Por supuesto sigue explotando el sello distintivo que la hizo famosa: otra vez, como Ellen Richmond –empresaria en bancarrota– decide hacer pública su vida como lesbiana cuando regresa a su pueblo de la infancia, una oscura comunidad estadounidense de provincia. Otra vez, la vida íntima como único disparador para los gags y el cruce de realidad y ficción (una sitcom de autocatarsis) proponen un juego un poco obvio pero divertido: señalar a la actriz en el personaje, y viceversa.
Ned and Stacey (lunes a las 16, por Sony). Debería, desde el vamos, ser un buen augurio que esta serie haya sido guionada por Charlie Kaufman –elmismo de ¿Quieres ser John Malkovich?–, y de hecho no decepciona. Como serie reposición, “Ned and Stacey” necesita una intro aclaratoria (una cláusula común en el cine, pero poco usual para la digestión rápida de la pantalla chica). Esta pareja de recién casados optó por el compromiso sólo por conveniencia (él para ascender en la agencia de publicidad; ella para alejarse de sus padres). Ahora quedará claro por qué piensan del otro lo peor y no dejan de confrontar. Una buena oportunidad para ver los orígenes de varios: Kaufman en la tele, previo ingreso al cine, y Debra Messing (Stacey), antes de su conversión en Grace, de “Will and Grace”.
Friends (martes a las 20, por Warner). Como cada nueva temporada, “Friends” introduce ligeras variaciones, que bastan para renovarla. Esta vez, el matrimonio Mónica y Chandler y el embarazo de Rachel provocan un giro completo en la trama: la vida grupal ha dado paso a la relación entre parejas, un formato más acorde al principio de madurez que llegó junto con los treinta y pico: Mónica y Chandler, recién casados; Ross y Rachel, padres de un hijo en camino; y hasta Rachel y Joey, intentando un acercamiento sexual. Más invitados especiales (Brad Pitt como un amigo de Ross, Susan Sarandon como una veterana actriz de TV), el cambio de escenarios (menos Central Perk y más “nidos de amor”) y más situaciones y diálogos punzantes de siempre, traen aire fresco.
Ally McBeal (lunes a las 21, por Fox). En su quinta temporada, Ally (Calista Flockhart) recibe en el estudio a una novata (Jenny) que parece ella misma sólo que más joven, fresca, simpática y arrogante. Cierta melancolía por lo perdido la mueve a instruir a la aprendiz para que “no termine vieja y descreída del amor”, según dice la abogada a su analista freak. Ya sin Robert Downey Jr. como coequiper, “Ally...” intenta remontar el rating perdido con la aparición de una suerte de Ally joven (Julianne Nicholson). Se mantiene el registro que hizo de esta serie un ejemplar único: el cruce entre drama y comedia, las incursiones musicales en medio de la historia, la corporización de las fantasías de Ally tan copiada en más de un intento argentino. Un clásico.
Crash Palace (martes a las 23, por Fox). Chicos y chicas viajeros de todo el mundo se encuentran en The Royal, un albergue juvenil australiano, para intercambiar celos, romance y fluidos en una típica comedia de amoríos cruzados, pero que aporta un factor extra. El relato de viajes tiene su encanto y la crónica de la aventura mochilera diferencia notablemente a esta historia de otras series del género, del tipo “Beverly Hills 90210” o “Dawson’s Creek”.
That 70’s Show (martes a las 20.30, por Sony). La cuarta temporada comenzó mostrando a Eric en un viaje al futuro a los años 80 para aliviar sus penas de amor, y continúa afianzando a esta serie como uno de los puntales entre las sitcoms de época. Su fuerte no es la trama ni los remates o gags, remanidos o poco efectistas, sino la recreación de su universo seventy, que incluye bolas de espejos, hierbas y psicodelia.
Crime Scene Investigation (miércoles a las 21, por Sony). Entre las policiales nuevas, sin duda la segunda temporada de esta serie se destaca por la precisión con la que construye sus enigmas –en Las Vegas, como el clásico “Historia del crimen”– y el riesgo de poner en juego teoría y conocimiento en el proceso que implementa el héroe (Gil Grissom) para dilucidarlos. Estadística, conductismo, y metodologías varias se divulgan y nutren, a su vez, el nudo dramático. La ciencia ilumina una ciudad oscurecida por villanos varios, y el equipo de agentes –integrantes de un laboratorio forense– restituye el orden perdido.
The West Wing (viernes a las 22, por Warner). Sin duda, es la serie dramática estrella, que va por su tercera temporada. Nada podría provocar más expectativa que un relato que se considera hiperrealista sobre el ala oeste de la Casa Blanca en tiempos de “guerra contra el terrorismo”. La serie se aggiorna con noticias frescas y hace alusiones continuas almantenimiento de “la seguridad interna”. La articulación entre esa data de actualidad y el devenir emocional y psicológico del presidente Bartlet (Martin Sheen) la convierten en uno de los momentos más esperados de la semana televisiva del cable.

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