ESPECTáCULOS
El jazz vuelve a sonar junto al mar en Uruguay
En su octava edición consecutiva, uno de los principales festivales de Latinoamérica se sobrepone a la crisis y propone un programa de nivel en el que se destacan Chico Freeman y Paquito D’Rivera.
› Por Diego Fischerman
Ocho años consecutivos alcanzan, en este caso, para que pueda hablarse de una tradición. Desde su primera edición, por el Festival Internacional de Jazz de Lapataia, en Punta del Este, han pasado músicos de la talla de Kenny Barron, McCoy Tyner, Phil Woods, Clark Terry, Benny Golson, Regina Carter, Michael Brecker, Cedar Walton, Danilo Pérez o Joe Lovano. Ese exótico emplazamiento en un tambo, rodeado de campo y a unos pocos kilómetros del mar, se convirtió, en poco tiempo, en uno de los lugares más significativos para el jazz en Latinoamérica. Y desde el próximo viernes 10 de enero el festival volverá a reunir a varios intérpretes de nivel, convocados como siempre por quien, junto a Francisco Yobino, lo dirige artísticamente: el saxofonista y clarinetista cubano Paquito D’Rivera.
Exiliado desde hace años en Estados Unidos, este músico aparece como el aglutinante de este festival en que lo que allí se identifica como “jazz latino” tiene un papel protagónico. En esta edición, además del propio D’Rivera, una de las estrellas será el notable saxofonista Chico Freeman, asociado en los ‘70 con las corrientes del free más cercanas –sobre todo en el campo de la regularidad rítmica– a la tradición del hard-bop, quien participará de dos proyectos, uno junto al contrabajista Popo Romano, Pablo Somma en flauta, Rodrigo González Pahlen en piano y Miguel Romano en batería y el otro con Hernán Romero en guitarra y voz y David Silliman en percusión. Otra de las atracciones será el excelente pianista César Camargo Mariano, quien fue el arreglador de todas las grabaciones de los años ‘70 de su mujer, la cantante Elis Regina, incluyendo los geniales Elis 73 y Elis 77 y el ya clásico Elis e Tom, del que también participaba Antonio Carlos Jobim. En esta ocasión, como hace dos años, volverá a actuar junto al guitarrista Romero Lubambo, quien antes había actuado en Buenos Aires acompañando a Leny Andrade.
Otro de los participantes internacionales será el vibrafonista y marimbista Dave Samuels, quien se sumará como invitado al grupo de D’Rivera, integrado por los argentinos Darío Eskenazi en piano y Diego Urcola en trompeta, Vince Cherico en batería y Sergio Brandán en bajo. El vibráfono. Samuels, alguna vez integrante junto a David Friedman del exquisito grupo Double Image y responsable de unas grabaciones magníficas junto al pianista Art Lande y el oboísta Paul McCandless (integrante de Oregon), también había participado del Festival de Lapataia, donde había tocado, en una experiencia interesantísima, con un grupo de percusionistas uruguayos. Uno de ellos, el también vibrafonista Jorge Camiruaga, actuará en esta ocasión junto al quinteto que lidera con el guitarrista Nicolás Mora. El grupo se completa con Federico Righi en bajo, con el pianista Horacio Diyorio y Cachi Bacchetta en batería.
El festival presentará también a dos cantantes, la chilena Claudia Acuña, que estará acompañada por el pianista Jasón Lindner, y la brasileña Miucha, quien junto al pianista Darío Eskenazy, el bajista Sergio Brandao y el percusionista Duduka Da Fonseca rendirá homenaje a Jobim. El cierre será el domingo 12 con otro músico que ya actuó con un éxito considerable en el festival, el pianista y compositor Pablo Ziegler. Integrante del último quinteto de Astor Piazzolla, él es uno de los que busca un camino nuevo para este género y se presentará con su New Tango Quartet, que incluye al bandoneonista Walter Castro, Armando de la Vega en guitarra y Horacio Hurtado en contrabajo. Como invitados estarán Paquito D’Rivera (seguramente tocando las partes de saxo que en la actuación anterior y en uno de los CDs del pianista hizo el norteamericano Joe Lovano) y la cantante portorriqueña Brenda Feliciano.
El fundador y director del festival, Francisco Yobino, asegura que decidió continuar con este emprendimiento a pesar de las dificultades económicas porque no se “sentía con derecho a abandonarlo, sobre todo por la gran influencia que ha significado para Buenos Aires y Montevideo”. En los momentos de gloria de este encuentro de jazz en el tambo, la mayoríade los asistentes estaba compuesta por argentinos que veraneaban en Punta del Este (una especie cercana a la extinción). También había, desde ya, algunos uruguayos que hacían lo propio pero en la actualidad la situación económica de ambas orillas del Río de la Plata hace que la afluencia de público sea bastante más difícil. El festival se llevará a cabo, además de con la colaboración de los propios músicos, que en muchos casos actuarán gratis para permitir la continuidad del jazz en Lapataia, con el auspicio de Lan Chile y United Airlines, entre otras empresas.