Mar 31.12.2002

ESPECTáCULOS  › MAÑANA COMIENZA “CODIGO DEL TIEMPO”, POR AMERICA

“Esto es un servicio social”

› Por Mariano Blejman

Se puede informar que alguien se infartó por una obstrucción en una arteria coronaria. O explicar, de otro modo, que a esa persona se le tapó el caño y estalló. El ejemplo es de Jorge Tartaglione, médico cardiólogo y flamante conductor de “Código de Tiempo”, para diferenciar el lenguaje médico del urbano. El ciclo de formato documental comenzará a emitirse desde mañana América, con producción de Cuatro Cabezas, y continuará todos los miércoles a las 23. Tartaglione dice que intentará acercar la salud al lenguaje de la calle.
Serán ocho emisiones que contemplarán el análisis de temas tan urticantes como conocidos. El primero será el tema de infartos. Luego vendrá cáncer, sida, trasplantes, adicciones, fobias sociales, strokes (accidentes cerebrovasculares) y traumas comunes. “Todas estas enfermedades son prevenibles”, dice Tartaglione, vice presidente de la Fundación Cardiológica el brazo de comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología. Los realizadores confiesan que la intención será acercarse en espíritu y estilo al primer Puntodoc, aunque sin denuncias. De todos modos, el riesgo de caer en el acartonado formato de un médico, una mesa y una maceta, fue contemplado arduamente. “Esto es un servicio social. Queremos bajar el lenguaje médico hacia la gente. Vamos a mostrar casos concretos, historias personales que puedan servir para acercar los temas al gran público, con los análisis de los mejores especialistas”, subraya.
El mundo de la salud ha quedado históricamente relegado al espacio del cable, en canales como Discovery Health. “Por primera vez vamos a hacer un programa para mejorar la calidad de vida de los argentinos y por un canal de aire”, sostiene Tartaglione que asegura que los clásicos de la pantalla como Mario Socolinsky o Alberto Cormillot son todos formatos aburridos de mesas y elechos. “Apuntamos a una cuestión emocional, pero también a la prevención, educación y concientización”.
Siempre existe el riesgo latente de adquirir una de las enfermedades más comunes del televidente: la hipocondría. “Un infarto le puede pasar a cualquiera que no se cuida, el cáncer ya no es sinónimo de muerte y se puede curar, hay cuatro millones de fóbicos en la Argentina. Y unos cuantos millones de argentinos no tienen cobertura médica. Por eso, la mejor previsión es la información". Cuando la productora aceptó la idea del programa, ya tenía en cuenta que los espacios de TV que hablaban de medicina solían estar cargados de una moralina interesada. “Los espacios no han sido ocupados por gente idónea”, opina Tartaglione aunque admite que tal vez eso haya sucedido porque los médicos buenos están demasiado ocupados. “En mi caso, siento que respalda mi background médico. A diferencia de algunos que aparecen en pantalla dando consejos, no necesito hacer esto para incrementar pacientes.

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