Por Javier Cortines (*)
Desde Pekín
El cineasta Zhang Yimou batió el record histórico de recaudación en China con la conflictiva película Héroe, la historia de tres jóvenes que intentan eliminar un tirano. Los jóvenes, que hacen una exhibición fantástica de artes marciales en una historia que se desarrolla en el siglo III antes de Cristo, se complotan para matar a Qin Shi Quangdi, el cruel emperador que unificó por primera vez China y ordenó la construcción de la Gran Muralla. Zhang, director de culto en Occidente al igual que su ex musa y pareja, la actriz Gong Li, describe las emociones por medio de colores y transporta al público a través de un mundo de belleza, pasión y fantasía. El film de este director, que sufrió aquí graves y repetidos problemas de censura durante muchos años, es el precandidato chino al Oscar al mejor film extranjero, lo que marca cómo han cambiado las cosas en el mundo.
El film está dividido en cinco episodios denominados con el nombre de un color, que a su vez abunda en la pantalla. Con Rojo, uno de sus colores favoritos, Zhang cuenta una historia falsa de los asesinos del emperador; con el Blanco, lo que se imagina el monarca sobre los planes de los sicarios, y con el Azul y Verde, lo que ocurrió en realidad. Con el Negro, Zhang retrata al poderosísimo Shi Guangdi y su entorno, ya que en aquella época ese era el color imperial. Más tarde, el negro fue sustituido por el amarillo, reflejo del oro deslumbrante y del Sol.
Héroe, que se proyecta en las principales salas de Pekín desde hace seis semanas, cuenta como figura principal femenina con la bella actriz Zhang Ziyi, que hechizó al público en El tigre y el dragón, ganadora del pasado Oscar a la mejor película extranjera. Zhang Ziyi es vista en China como una segunda Gong Li. En el film, la joven actriz baila su kung fu y vuela acariciada por gasas rojo sangre, hace de amante de uno de los asesinos que logran acercarse a punta de espada al emperador, pero no consiguen matarlo, y sorprende con un arrebato de pasión que deja entrever su blanca desnudez.
El famoso actor principal, Jet Li, es “la reencarnación del dios de las artes marciales”. Su personaje, tras llegar al trono del emperador y demostrar que puede matarlo, enfunda la espada y le da la espalda al Hijo. Shi Guangdi, que en la vida real vivió 49 años, duda entre ejecutarlo o perdonarle la vida. Un grupo de eunucos grita: “mátalo, mátalo, mátalo”. El film, como todo producto cultural chino, podría estar hablando de hechos del presente, además de contar una historia antigua. En este caso, ¿qué representa el emperador y qué representan los conjurados?
La película recaudó ya alrededor de 130 millones de yuanes (unos 15 millones de dólares). Un sector de la prensa local señala que Zhang Yimou filma para impactar en Occidente, por lo que rodó esta obra ceñido a los gustos del cine norteamericano, aunque embelleciéndola con los adornos, esencias y fantasías de la milenaria tradición cultural china. El realizador de Esposas y concubinas, Ju-dou, Qiu Ju, una mujer china, Sorgo rojo y La reina de Shangai sólo se ríe cuando escucha esas críticas. “Yo simplemente hago cine”, dice.

(*) De la agencia EFE