ESPECTáCULOS
Desde hoy, Cosquín es la capital nacional del folklore rockero
Esta tarde comienza la tercera edición del festival “Brahma Cosquín Rock”: cuatro días con la mayoría de los grandes nombres del rock argentino.
› Por Esteban Pintos
La tercera edición del Brahma Cosquín Rock, que comienza esta tarde con el novel grupo Karma Sudaca, promete convertirse en el mayor espectáculo de masas que el rock argentino ofrecerá este año. Si el año pasado, durante tres noches, concurrieron en total unas 40.000 personas, para esta nueva edición con cuatro jornadas y mayor cantidad de artistas, las expectativas de la organización giran en torno del mágico número de los 70.000 espectadores. Parte de esto tiene que ver con la extensión del espacio físico del festival: habrá nueve manzanas “liberadas” –que incluyen la plaza Próspero Molina– para que el público circule y observe los shows.
La autorización municipal para esta medida motivó la queja de los comerciantes de la zona, que se consideraban afectados: finalmente, el municipio ofreció un resarcimiento económico en forma de crédito de pago por contribuciones futuras. Las vallas de la polémica estarán custodiadas por la policía y cortarán el tránsito cada día a partir de las 14. Los vecinos y comerciantes de la zona sólo podrán ingresar con una identificación que acredite su domicilio. El público asistente al festival deberá ingresar por una especie de “túnel” ubicado en la intersección de las calles Gerónico y Tucumán. Para el operativo de seguridad –que el año pasado tuvo el acostumbrado desborde represivo– se han destinado en total 400 efectivos de la policía provincial, más 140 guardias privados.
Ya sea porque los espectáculos internacionales dejaron de ser moneda corriente, porque parece haber renacido cierto espíritu comunitario en la escena rocker local, e incluso por el atractivo que siempre ejerce un festival con su oferta múltiple de música, toda junta y compactada en 40 horas, este festival ya tiene su aura de prestigio y encanto. El encuentro ya se hizo un lugar en el más tradicional escenario del folklore –esta ciudad, la plaza Próspero Molina, el escenario bautizado “Atahualpa Yupanqui”– y presenta un cartel superpoblado de grandes nombres, en el que sólo faltan La Renga, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati, por citar a los tres más ilustres ausentes. Todos los demás, estarán. La Bersuit, Catupecu Machu, Charly García (que no cerrará el festival, como ocurrió el año pasado), Los Piojos (los nuevos encargados de cerrar), Fito Páez, Babasónicos, Vicentico, El Otro Yo, Attaque 77, Divididos y Pappo, son los grandes nombres convocantes, acompañados por una nutrida “segunda línea”, bandas del interior argentino y los ganadores de los certámenes pre-Cosquín (ver programación aparte). Las entradas, cuya venta anticipada se ha mantenido a ritmo creciente aquí en Córdoba pero también en Buenos Aires, cuestan 20 pesos por día (22 en caso de tratarse de bonos provinciales) y por el paquete de cuatro días, 55 pesos (60 en bonos).
El atractivo de esta tercera versión del Brahma Cosquín Rock es, justamente, el número y la variedad. Hoy el programa presenta una seguidilla de rock duro y contestatario con Carajo (revelación metálica 2002), La 25 (revelación stone), Mancha de Rolando, el trío de metal patriotero Almafuerte, los vanguardistas Catupecu Machu, Las Pelotas (que revistan de locales, por su estancia en la zona de Traslasierra) y La Bersuit, una de las bandas más convocantes del momento. Mañana se dará otra andanada de adrenalina rocker. El combativo pastiche rítmico de los mendocinos Karamelo Santo, Intoxicados con su carismático líder Pity Alvarez al frente, y el positivismo harcore de Boom Boom Kid, Kapanga (niños mimados del público cordobés), oficiarán de introducción para los tres números fuertes de la noche: El Otro Yo, Attaque 77 y Divididos, capaces de levantar un muerto con sus descargas eléctricas.
El sábado será el día Charly García de Cosquín y con eso basta para anunciar la jornada: el año pasado, con sus exigencias de alfombra roja y limusina blanca y con ser Charly García, le bastó para ganarse el mejor lugar del festival. Este año será suyo el final de la noche del sábado, con un atractivo de morbo extra: Fito Páez lo precederá sobre elescenario. Conocido el último episodio que ambos protagonizaron en Mar del Plata (problemas de cartel, cierto confuso diálogo final), la expectativa por saber si lo que todos quieren –que toquen juntos– sucederá, recién se develará cuando suban al escenario. Antes estarán Pez, Mimi Maura, el debut festivalero del cantante de Los Fabulosos Cadillacs, Vicentico, y Babasónicos. El domingo, último día (cuando todos parecen estar cansados de tanto rock y resaca), tendrá el protagonismo casi exclusivo de Los Piojos. En la edición 2002 provocaron la mayor concurrencia de todo el festival y confirmaron su masividad. Este año no será la excepción. Antes, Norberto Napolitano (Pappo) calentará el ambiente lo suficiente como para esperar alta combustión rockera al final de cuatro días y cuatro noches que tendrán calor, multitudes, largas madrugadas y el sabor de una congregación masiva. Con mucho folklore rockero argentino, que no es una contradicción aun tratándose de esta ciudad.
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