ESPECTáCULOS
Un homenaje masivo a ese rocker que citaba a Leopoldo Marechal
A quince años de su muerte, el legendario Miguel Abuelo será centro de un recital de amigos y ex compañeros en el anfiteatro de Puerto Madero, hoy a las 15. “No me lloren, crezcan”, es el título genérico.
› Por Cristian Vitale
“Genio, mago, títere, artista, rey, bufón, paladín del canto y del humor. Siempre de tu pluma un verso fue un rayo de sol. Sabio, cruel, valiente o redentor, por las calles, en el bar o en el show: tu figura, tu magia superior... compañero y maestro de mi corazón”. Gustavo Bazterrica inmortaliza así su amor por Miguel Abuelo. Tal vez sirva para condensar el sentir de los casi 20 artistas convocados para un recital en su homenaje, programado para esta tarde a las 15 en el Anfiteatro Puerto Madero. “Con mi banda –Los Bazterrícolas– vamos a tocar cinco o seis canciones de Los Abuelos entre las que van a estar seguramente “Himno de mi Corazón”, “Lunes por la Madrugada” y “No se desesperen””, adelanta el ex guitarrista de Los Abuelos de la Nada sobre el contenido de su presencia en el tercer capítulo de “No me lloren, crezcan”, homenaje al músico organizado por la Fundación Miguel Abuelo.
Para la ocasión también se comprometieron otros ex Abuelos –Daniel Melingo y Alfredo Desiatta– además Claudia Puyó, Alejandro Medina, Pajarito Zaguri, los dúos Fontova-Ríos y Kleiman-Bevilacqua, Ciro Fogliatta, Guzumba, Palo Santo y la hermana de Miguel, Norma Peralta, una cantante fogueada en la hoguera de los ‘60 y los ‘70. La entrada es un alimento no perecedero destinado a la revista Hecho en Bs. As. y al merendero “Los Chicos del Playón”, y el recital será transmitido en vivo desde el escenario por Radio “La Colifata” (100.1), la emisora instalada en el Hospital Borda, en que numerosos internos conducen programas y espacios. Todo el mundo sabe en el mundo del rock que Miguel Peralta le puso nombre a su grupo, cuando aún no lo había formado, tomando una frase de Leopoldo Marechal sobre los “padres de los piojos, los abuelos de la nada”.
“Miguel tiene un perfil bastante único dentro de toda la primera etapa del rock nacional, por su trabajo con Los Abuelos, que marca una inmersión en la parte más lírica de la psicodelia con pocos paralelos en nuestro medio, y también por su etapa solista, donde asomaba una onda trovadoresca que podría equipararse con la figura de Donovan, pero también incursionando en una vanguardia bastante osada”, opina el músico y periodista, Claudio Kleiman, que tocará con su dúo dos canciones poco difundidas de aquella etapa trovadoresca y maravillosa de Miguel: “Levemente o Triste” y “El Largo Día De Vivir”, grabada en Francia para el disco “Miguel Abuelo Et Nada” (1975).
“Lo conocí cuando regresó a la Argentina en 1981 e inmediatamente nos hicimos amigos –recuerda Kleiman–. Curtí mucho con él toda la primera época de su estadía en la Argentina. Esa etapa de pubs fue muy hermosa, y formaba parte de un movimiento donde también había otra gente como Fontova, San Pedro Telmo, y otros”.
El primer capítulo del tributo a Miguel se realizó el 26 de marzo –a 25 años de su muerte– con una muestra fotográfica sobre las diferentes etapas de su vida. En el segundo, el 30 de marzo, se presentaron Norma Peralta y Pedro Conde –que improvisó una sentida versión de “Pipo la serpiente”– en la plazoleta que lleva su nombre, un show que debió ser interrumpido por el mal estado del tiempo, pese a las 70 personas presentes. Las actividades continuaron el 19 de abril con el inicio del “Tour por Argentina” a cargo de Norma Peralta y Walter Soria en el café concert “La Muestra”, de Rosario. El dúo interpretó aquella vez canciones inolvidables de Miguel que seguramente no faltarán hoy: “Oye Niño”, “¿Nunca te miró una vaca de frente?” y el tema que el creador de “Himno de mi Corazón” dedicó a Tanguito “Hoy seremos campesinos”. “Miguelito era un maestro –prosigue Kleiman–, pero para nada complaciente: te miraba a los ojos y te decía lo que te estaba pasando, a veces incluso con una sinceridad que dolía, pero seguro de que eso, si sabías aceptarlo, te ibaa servir como una enseñanza. Abuelo era poesía en movimiento, un tipo cuyo lenguaje iba más allá de sus canciones. Era todo, el movimiento corporal, la voz, los gestos, el permanente hechizo que ejercía sobre quienes estaban a su alrededor”.