Sáb 17.05.2003

ESPECTáCULOS  › NUEVA PUESTA DE “TOSCA”, DE PUCCINI, EM EL TEATRO COLON

La música al servicio del teatro

Estrenada en enero de 1900 en Roma y seis meses después en Buenos Aires, esta ópera es una de las preferidas del repertorio. Hoy sube a escena en el Colón, protagonizada por Olga Romanko.

› Por Diego Fischerman

Tosca es, posiblemente, la ópera más cinematográfica del repertorio. La música cuenta lo que el texto calla y hasta se da el lujo, como en el acorde final del primer acto, de anunciar, al mejor estilo de Hitchock, la tragedia por venir. Es, además, como la mayoría de la obra de Giacomo Puccini, una composición absolutamente pragmática. Las disonancias, las modernidades, las truculencias, todo vale si sirve para lograr un mayor efecto teatral. Y, en ese sentido, esta historia en la que el amor de una pareja se desarrolla en tensión con una persecución política es de una contundencia dramática impecable.
Estrenada en Roma el 14 de enero de 1900 (en Buenos Aires se representó por primera vez apenas seis meses después), su núcleo es la escena del segundo acto en la que el siniestro jefe de la policía, Scarpia, intenta seducir a la cantante Floria Tosca en tanto se oyen los gritos de su amado, el pintor Cavaradossi, desde la sala de torturas. “El dueño del segundo acto es Scarpia”, reflexiona la soprano Olga Romanko, que hará el papel protagónico en la puesta que sube hoy a escena en el Teatro Colón. “Todo lo que sucede depende de cómo maneje él la escena; es el que lleva los hilos y resulta imposible que las reacciones de una no tengan que ver con la manera especial en que cada cantante decide actuar la maldad de ese personaje.” Formada en la Academia Gnessin de Moscú y fogueada en más de una Tosca, en diversos teatros del mundo, Romanko señala a Página/12 que “ésta es una régie en la que me siento muy cómoda: es detallista, lógica y ajustada a lo que pide el libreto”. El responsable de la nueva puesta es Roberto Oswald, la dirección musical es de Mario Perusso y, junto a la soprano, estarán, en los papeles principales, Daniel Muñoz y Luis Gaeta. Además de esta noche, habrá funciones el martes 20, el miércoles 21, el jueves 22 y el jueves 29, siempre a las 20.30.
“La palabra que resume el personaje de Tosca es dignidad”, explica Romanko. “Si ella traiciona es por amor y no por otra causa. Y hay una transfiguración a lo largo del drama. Al comienzo, ella muestra dulzura, celos. Es una mujer enamorada. En el segundo acto ella es fuerte, aparece llena de determinación, decidida. Y en el tercero es una mujer caso shakespeareana, capaz de matarse con tal de no caer en manos de los secuaces de Scarpia. Es un papel grandioso para una cantante y es imposible agotarlo. Esta será la 50ª vez que cante esta ópera y siempre siento que hay un nuevo registro, un nuevo matiz para extraerle al personaje. Hay posibilidades infinitas, incluso sugeridas por algunas ambigüedades maravillosas de la propia ópera. Por ejemplo, en el tercer acto, cuando ella dice ‘somos libres’, es posible representar esa escena con ella exultante, creyendo que la salvación está a un paso, y, también, pensar que ella ha tenido un presentimiento y que esa libertad de la que habla está lejos de este mundo.” Cuando Olga Romanko dice esto, suspira, canta. Se compenetra con Tosca como si estuviera en el escenario. Y, como ella, sufre con su destino. “Hay pocos personajes tan ricos y atractivos como éste”, concluye.
La soprano piensa que “los directores de escena son responsables de mucho de lo que sucede con una ópera, sobre todo cuando piden cosas extrañas. pero los que dan el tono definitivo son los cantantes, con sus talentos, con sus personalidades y, también, con la química que sean capaces de lograr entre ellos”. Y en relación con los régisseurs confiesa que, precisamente la primera vez que cantó en Tosca le tocó hacerlo “en una puesta delirante, horrible, que me hizo rechazar las ofertas posteriores para hacer esta ópera durante más de un año”. No es, por supuesto, nada favorable a las transposiciones de época ni de lugar. “Hay cosas que suceden que se explican por el contexto. Que son lógicas allí y no lo serían en otra parte. Si en el texto se habla de la terraza de una fortaleza no tiene mucho sentido que lo que se ve sea otra cosa. Scarpia, Tosca y Cavaradossi son quienes son y así funciona la ópera.” Pero al mismo tiempo, en el terreno de la interpretación, cree que lo que la hacevaliosa es lo que pueda tener de personal. “Una vez, en un teatro pequeño, vi un Trovatore. Todo estaba bien y de acuerdo con lo esperado y, de pronto, sonó algo distinto, fresco. La primera reacción, ante algo que no estaba cantada como siempre, fue de un cierto rechazo. Pero después no pude olvidar eso que había oído. Había allí algo de íntimo, de propio de ese cantante, que me enseñó que es eso lo que vale.”

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