Sáb 17.05.2003

ESPECTáCULOS  › WIM WENDERS PRESENTO SU NUEVO FILM EN CANNES

Un tributo a los bluseros

El realizador mostró un documental sobre tres bluseros que forma parte de un proyecto de Martin Scorsese para contar la historia completa del género. También se vieron dos cortos de Nani Moretti.

Por María Luisa Gaspar
Desde Cannes

Dos de los grandes cineastas europeos en actividad, el italiano Nanni Moretti y el alemán Wim Wenders, abrieron ayer las “Sesiones Especiales y Fuera de Competición”, del Festival Internacional de Cannes, en un verdadero lujo de la programación. El director italiano presentó dos cortometrajes. El alemán, un documental sobre el blues. La película de Wenders permitió al festival ofrecer a su entusiasta público la primera visión de un proyecto mucho más vasto, promovido por el realizador estadounidense Martin Scorsese: contar en una serie de películas de autor la historia completa del blues.
El director de París, Texas y Las alas del deseo, entre otras notables películas, contó ayer que decidió embarcarse en esta ambiciosa aventura tras una convocatoria de Scorsese quien le dijo que, mientras producía una película sobre Eric Clapton, había sido convencido por éste de embarcarse en el proyecto de concretar un film sobre el género. El propio Scorsese, Charles Burnett, Clint Eastwood y Mike Figgis están rodando actualmente sendos films sobre diferentes aspectos de la historia blusera. El autor del documental Buena Vista Social Club fue uno de los primeros contactados por Scorsese y aunque “el proyecto era todavía muy vago”, obtuvo su sí inmediato.
El alemán tardó dos años en rodar su película, “aunque no de manera continuada”, y en explorar “la tensión dramática que es la esencia misma del blues, en alguna parte entre lo sagrado y lo profano”, Se trata, recordó una música a la que nadie es ajeno: aunque nació “como expresión de los negros de Estados Unidos, se convirtió en un lenguaje universal”. Lo hizo contando la vida y la obra de tres de sus músicos favoritos: Skip James, Blind Willie Johnson y J. B. Lenoir, en ciudades como Nueva York, Chicago, Londres y Los Angeles y también en estudio, con abundante material de archivo y con, entre otros intérpretes, Lou Reed, T-Bone Burnett, Shemekia Copeland y Lucinda Williams.
En ausencia de material de archivo, como en el caso de Skip James, de quien no existe ni siquiera una fotografía, Wenders recreó los documentos necesarios con técnicas arcaicas y le dio un rostro con un músico de su misma región y estilo, Keith Brown. Otra dificultad del proyecto de Scorsese, que abarca la historia del blues desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, fue la de los derechos de autor. Es un asunto “complejo y difícil, un poco como un juego de detectives, hasta terminar dando con los propietarios”, que a veces no son los que deberían, por lo que así los familiares recuperan a veces los derechos perdidos. Entre los aspectos más enriquecedores de su trabajo, Wenders evocó el de la relación que surge entre música e imagen. “No hay regla”, pero ambas “deben encontrarse”, en cuanto lo hacen es una cuestión de “alquimia”, lo que produce un tercer elemento, “que es algo más que la suma de las dos”.
Pese a todo esta será de momento su última película sobre el tema.
“Tengo que contar ahora otras historias; abandono un poco la música, ya hice sobre ella tres películas y empiezo mi próximo rodaje este verano”, indicó.
Curiosamente, Moretti rodó también en Estados Unidos, pero sólo en Nueva York, uno de los dos cortometrajes presentados, Il grido d’angoscia dell’uccello predatore 20 tagli d’aprile. Es la historia de la familia Gardini, que durante dos generaciones regenteó una farmacia neoyorquina que tuvo que abandonar en marzo de 2002, cuando el viejo inmueble en el que se encontraba fue derruido para construir un rascacielos. La otra película del director italiano, The Last Customer, es también un corto de una veintena de minutos que contiene otras tantas escenas, rodadas para Aprile, pero que fueron descartadas del montaje. Como en el largometraje, el realizador alterna momentos de su vida privada y pública, rodados entre 1994, año de la victoria electoral del ahora de nuevo primer ministroSilvio Berlusconi, y 1996, cuando la izquierda italiana logró llegar al poder por primera vez en el siglo XX.
Las proyecciones de esta sección de la selección oficial de Cannes, que cuenta con obras tan diversas como las de Lester James Peries y Richard Schickel, tienen lugar en la sala Buñuel del Palacio de los Festivales, como los homenaje a Jeanne Moreau, Maurice Pialat y Daniel Toscan du Plantier. Un espacio concebido como laboratorio, que entre sus misiones cuenta con la de presentar nuevas copias restauradas del cine clásico, documentales y, este año, la retrospectiva integral de Fellini, a quien Cannes rinde homenaje en el décimo aniversario de su muerte.

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