Irán, de la mano de Panj é asr (A las cinco de la tarde), de Samira Makhmalbaf, y Francia, con Les égarés (Los extraviados), de André Téchiné, animaron ayer el segundo día de competencia oficial en la 56ª edición del Festival de Cannes. Tanto el film galo (primero que se exhibe de los cinco que el país mostrará en la competencia de Cannes) como el único representante de la respetada cinematografía iraní, abordan el tema de la guerra y cómo afecta la vida de los inocentes. Sin embargo, las coincidencias entre ambos terminaron allí. Mientras el film de Téchiné, protagonizado por la hermosa Emanuelle Béart (como una madre joven que pierde a su marido al inicio de la Segunda Guerra Mundial y se aísla en una casa con sus dos hijos y un adolescente para entonces hallar el amor y la familia que nunca tuvo) no convenció a la crítica, el iraní mereció unánimes elogios. A las cinco de la tarde (título inspirado en un famoso poema de Federico García Lorca) apunta a corregir la información falsa generada por el aluvión de datos sobre Afganistán, un país que luego del ataque estadounidense volvió a desaparecer por completo del interés internacional.