“Los Simpson” son el show de dibujos animados de primera categoría con más permanencia en pantalla, en la historia de la televisión mundial. El próximo domingo 6 a las 20.30, la señal de cable Fox estrenará la decimocuarta temporada de la creación de Matt Groening, ya convertida en un clásico global, con un capítulo especial dedicado al día de Halloween. En estos años, la familia Simpson ha destrozado decenas de tabúes de la televisión hecha en Estados Unidos y se ha metido con temas que parecían intocables en la industria del espectáculo más grande del mundo: abordó la religión, se metió con las drogas y con la familia (aunque nunca la destruyó, estuvo al borde de hacerlo varias veces); se animó a la política, se toqueteó con la homosexualidad, y hasta se permitió chistes políticamente incorrectos con organizaciones como Greenpeace. Los guiones de Matt Groening –quien ya casi no escribe– y su veintena de secuaces-guionistas recorrieron durante todas estas temporadas el absurdo, la filosofía, la comedia, lo romántico; pusieron escenas de sexo, homenajearon a ídolos de todos los rubros y todavía no han detenido su maquinaria multimillonaria de producción que realiza, sólo, 22 capítulos anuales (cada uno de los cuales tarda entre 9 meses y un año en terminarse). Todos están escritos con inteligencia, humor subversivo y evidente astucia.
Durante esta decimocuarta temporada se podrá ver también el capítulo número 300, un verdadero hito en la historia de la animación mundial. Pero antes, en el primer capítulo-especial Halloween, ellos sostendrán una sesión de espiritismo con la esperanza de contactar a la mujer del querido vecino Ned Flanders. Entonces, el fantasma se materializará y producirá un libro empastado en piel. Habrá tres historias: en la primera, Homero utilizará una hamaca malvada para crear un ejército de clones; además, vaqueros zombies amenazarán con destruir Springfield luego de que Lisa declara ilegales las armas; y por último, la familia en pleno viajará a una isla habitada por “manimals”, mezcla de hombres y animales. Además, esta temporada contará con invitados estelares entre los que se cuentan varias estrellas de rock: Mick Jagger, Keith Richards, Lenny Kravitz, Tom Petty, Elvis Costello, Little Richard y Brian Setzer. También visitarán Springfield Elliot Gould, Marisa Tomei y el dúo dinámico de Batman y Robin clásicos, o sea Adam West y Burt Ward. La leyenda del skateboarding Tony Hawk y la banda de rock para adolescentes Blink 182 dejarán sus voces en el histórico capítulo 300, también.
En la Argentina, la serie también puede verse todos los días a las 17 y durante una hora por Telefé, aunque los horarios varían de acuerdo con las necesidades de programación. El productor Emilio Cartoy Díaz recuerda cuando Gustavo Yankelevich, siendo gerente de programación del canal, recibió las primeras latas. “Apagará nuestros incendios”, comentó. Era más que cierto. Cada vez que Telefé tuvo problemas con alguna de sus franjas horarias, “Los Simpson” les aseguraron un piso mínimo de 10 puntos de rating, aunque con frecuencia llega a los 15. En el mundo entero el fenómeno es similar: cada capítulo suma unos 60 millones de telespectadores. La serie ha recibido numerosos premios, además, incluyendo 18 Emmy, 16 Premios Annie, 3 Premios Genesis, 8 Premios International Monitor y 5 Premios Environmental Media y una Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Si hasta el ultraconservador fiscal general de EE.UU., John Ashcroft, se cuenta entre sus fans.
A propósito: en la convención republicana de 1992, George Bush padre se quejó de la imagen negativa de la familia norteamericana que proyectaban “Los Simpson”. Con eso, los críticos y un buen número de espectadores cayeron en la cuenta de que la serie se estaba convirtiendo en un icono cultural estadounidense. The New York Times escribió: “Es la única serie por la que no merece la pena dar un martillazo a la televisión”. La revista Time fue más lejos: definió la serie como lo mejor del siglo XX.
Durante los primeros años, Fox facturó algo más de 3500 millones de dólares anuales sólo en venta de productos y juegos relativos al show. La producción de cada capítulo cuesta unos dos millones de dólares. Y sus espectadores se reparten en 60 países. La franquicia –que se vende por fuera– está valorada en mil millones de dólares. A fines del año pasado, Matt Groening insinuó un posible final de la serie y la noticia recorrió el mundo. Este año, apareció la tranquilidad: Groening firmó con la Fox la continuidad de las temporadas 15ª y 16ª.
Matt Groening (Matthew Abram Groening) nació en Portland, Oregón, en 1954. No fue un buen estudiante. Después se trasladó a Los Angeles cuando estaba por cumplir tres décadas. Publicó en un periódico su ácida tira cómica titulada “Life in Hell” (Vida en el infierno), que todavía hoy aparece, por ejemplo, en el diario El Mundo de España. En 1987, James L. Brooks, productor y director de cine y televisión, no dudó en llamarlo para “El Show de Tracey Ullman”. Groening presentó a “Los Simpson” en el programa mediante una serie de cortometrajes animados. Los nombres salieron de su propia familia: su padre llamado Homer fue animador y productor de películas sobre surf. Su madre se llamaba Marge y sus hermanas Lisa y Maggie. Según Groening, el niño terrible Bart es “una mezcla de Daniel el Travieso conmigo cuando era pequeño”. El primer capítulo fue un especial de Navidad, con duración de media hora, el 17 de diciembre de 1989 y después como una serie regular el 14 de enero de 1990.
¿Por qué se eligió el nombre de Springfield para el pueblo? Por una razón: en Estados Unidos hay 121 ciudades llamadas Springfield. Hasta en eso, los Simpson representan el espíritu de una nación. O como dijo Homero alguna vez: “Soy un hombre blanco de edad promedio. ¡Todo el mundo me escucha sin importar qué tan estúpidas sean mis sugerencias!”. Es sabido que Homero trabaja como inspector de seguridad en la planta de energía nuclear; Marge trata de mantener la paz en su familia; Bart es el revoltoso de 10 años; Lisa de ocho años es la integrante inteligente y sensible de la familia, además de saxofonista y vegetariana (“es la única que saldrá de Springfield”, dice su creador); y la bebé Maggie expresa emociones a través de su chupete. Dice el mito que los guionistas de “Los Simpson” van a trabajar con bermudas con bolsillos, camisetas y gorras de béisbol. Son intelectuales privilegiados que contemplan la vida con una perspectiva infantil y la interpretan con un análisis adulto. Siguiendo esa receta, crean la serie de dibujos animados más famosa del planeta Tierra.