Luego de una tensa negociación, un escueto comunicado puntualizó: “En el día de la fecha, 10 de julio, la directora Albertina Carri y la Asociación Civil Cine-Ojo han arribado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes”. Así, después de una semana de intensas acusaciones, se oficializaba la resolución del conflicto comercial entre Cine-Ojo y Albertina Carri que tenía “retenida” la película Los rubios, ganadora de cuatro premios en el último Bafici, en los laboratorios. El conflicto no le permitía a Los rubios ser presentada en festivales internacionales, ni ser estrenada comercialmente.
El comunicado “destaca y agradece las gestiones realizadas por el Sr. Elvio Vitali, Director de Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, en la resolución de dicho conflicto” y está firmado por Carri y Carmen Guarini y Marcelo Céspedes por la productora Cine-Ojo. La semana pasada Carri había afirmado: “se quedaron con mi película”. Según la directora, el film estaba demorado en los laboratorios debido a una carta documento que Cine-Ojo había enviado. Céspedes respondió días después también en un comunicado: “Lamentamos mucho que tantas personas de buena fe estén siendo confundidas por la manipulación interesada de alguien que, en su afán de obtener a cualquier precio sus fines, no mide la consecuencia de sus acusaciones”.
La película cuenta la historia de la ausencia de los padres de Albertina Carri, desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983). Durante el último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, en abril pasado, Los rubios ganó el premio del público a la mejor película, el premio del jurado paralelo a la mejor Película Argentina, Mención especial del Jurado Oficial y Mención especial Signis. Con tantos galardones, el film tenía asegurado un recorrido por festivales internacionales. Sin embargo, “si esto se demora, el film morirá en la burocracia de la Justicia”, había dicho Carri a Página/12, la semana pasada cuando salió a hacer público su conflicto que ya llevaba más de tres meses.
Durante la semana, se publicó en este diario una solicitada sobre el conflicto con la película Los rubios, donde una larguísima lista de personalidades de la cultura, de la política y organizaciones sociales pidieron por una “pronta resolución del conflicto”. Más allá de la mala relación entre la directora y su productor, el eje de la discusión estaba centrado en el aspecto económico: Carri no reconocía los gastos que Cine- Ojo le pedía para cederle los derechos y todo el material que poseía en la productora.
La directora recibió en el 2000 una beca del Fondo Nacional de las Artes para desarrollo del proyecto y en el 2001 Cine-Ojo se contactó con ella y le propuso ser coproductora en el proyecto. Durante la realización, CineOjo participó con sus estructuras de producción. Según Céspedes –actual asesor del Secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella– el proyecto fue presentado por Cine-Ojo, ante numerosas instituciones y eventos como el DocBsAs/01 y el Sunny Side of the Doc, entre otras. “Lamentablemente, nunca pudimos conseguir para este proyecto financiación alguna, a pesar de lo cual Cine-Ojo decidió seguir adelante apoyando con sus propios recursos todo el rodaje y parte de la posproducción”. Para el productor, el 90% de la película actual fue filmada desde que Cine-Ojo asumió la producción.
La negociación estuvo trabada hasta el jueves después de una serie de cartas-documento que detenían los negativos en los laboratorios de Stagnaro y Parera Cine. Sin bien no trascendieron detalles sobre las características de la resolución del conflicto, la participación de Elvio Vitali, Director de Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, parece haber sido central. Aunque no queda claro de qué modo.Lo que sí queda claro es que si Carri no hubiera hecho público el conflicto, su film estaría perdido todavía en los laberintos de la Justicia.