ESPECTáCULOS
“Afortunadamente, los chicos de ahora ya no creen en la cigüeña”
En su nuevo programa, Jorge Guinzburg estará
rodeado por 25 pibes de entre 8 y 12 años, que combinarán sketches de humor y noticias.
› Por Emanuel Respighi
Puede que sea un asunto de estatura, quién sabe. En todo caso, si así lo fuera, nadie se sorprendería. Sean cuales fuesen los motivos, lo cierto es que desde el año pasado Jorge Guinzburg encontró en la TV un nuevo mundo en el cual desarrollar su faceta cómica: el de los chicos. Lejos del humor subido de tono de “Peor es nada”, “Tres tristes tigres” o “La biblia y el calefón”, el conductor arriesga su propia hipótesis. “Soy un niño disfrazado”, dice y, al menos por lo que se aprecia de su fisonomía, nadie se animaría a contradecirlo. Luego de la buena temporada que tuvo al frente de “El legado kids”, con un promedio de 18 puntos de rating, esta noche el conductor volverá a trabajar con los más pequeños. “Guinzburg & kids” es el título del programa en el que el humorista estará rodeado de 25 chicos de entre 8 y 12 años. El ciclo, que combinará sketches de humor y noticias, se emitirá por Telefé todos los sábados, de 20.30 a 22.
La idea del ciclo, que tendrá una sección en la que participarán chicos de “El legado kids”, es realizar un programa de humor “para toda la familia”. En esa búsqueda, el programa tendrá sketches, musicales, móviles, columnas de actualidad, parodias de la TV y hasta un canal en miniatura, cuyo techo no supera el 1,70 de altura. Todo realizado por un grupo de chicos surgidos de un casting y el mismo Guinzburg, que de esta manera regresa a la actuación tras casi siete años oficiando de conductor. “Había dejado de actuar porque una vez, después de grabar durante un día una parodia en ‘Tres tristes tigres’, cuando me saqué el maquillaje me sangró toda la cara. En ese instante dije nunca más pegamento. Hacer siempre lo mismo me cansa y en ese momento sentí ganas de parar un rato con la actuación”, le explica Guinzburg a Página/12.
–¿”Guinzburg & kids” se va a parecer a “Magazine for fai”?
–Las comparaciones con otros programas con chicos como protagonistas son inevitables. La propuesta es que el programa tenga un aspecto periodístico fuerte, como ningún otro ciclo de chicos haya tenido, con mucha información. Siempre matizada por la visión de los propios pibes, claro. “Magazine for fai” era una gran ficción, al igual que “AgranDadytos”. Este programa, si bien va a tener cosas de ficción, apunta a lo periodístico. Vamos a cubrir los mismos eventos que cubriría cualquier otro magazine.
–¿Qué encontró en el trabajo con los chicos que no tenía con los actores adultos?
–Como a mí me gusta lo que surge espontáneamente, fuera de libreto, lo más placentero del trabajo con los chicos es que no tienen filtro alguno: lo que se les ocurre lo dicen sin problema. Tienen salidas que no se le ocurriría ni al mejor libretista. Lo que me divierte de los chicos es su imprevisibilidad, esa espontaneidad maravillosa y sorprendente. Y los chicos también se divierten conmigo porque ya no son tan ingenuos, como en otras épocas. Son muy desenvueltos y mandados.
–¿Cómo fue el pasaje de hacer humorísticos para adultos a encabezar un ciclo de humor con chicos como protagonistas?
–No es que me planteo hacer un humor diferente, pensando en los chicos. Creo que soy un tipo que tiene un humor muy definido. Un humor que ahora lo hago con los chicos. En este ciclo el humor va a apuntar a un público mucho más familiero. No creo que yo modifiqué mi humor sino que el público me fue aceptando. Si pienso mi humor y la relación que tuvo con el público a lo largo de mi historia, caigo en la cuenta de que a los primeros que les gustó mi comicidad fue a los hombres. Después se incorporaron las mujeres y ahora los pibes. Pasé por todos los públicos. Ya está: es el momento del retiro (risas).
–¿Pero el trabajo con los chicos no le hará perder cierta picardía?
–No, porque los pibes viven la vida con mucha picardía. Ya no creen más en la cigüeña, afortunadamente. Entonces, no es que me tengo que cuidar o ser distinto a como soy. En “El legado kids” lo que se me ocurría lo decía, y los pibes me seguían las jodas con mucho humor. Me divierte latransparencia que tienen los chicos. En cambio, los adultos estamos repletos de filtros que, en alguna medida, atentan contra nuestro estado de ánimo.