ESPECTáCULOS
Una nueva Celestina, experta en el arte de unir y desunir parejas
En “Miss Match”, la serie que Fox estrena hoy, se mezclan las crueldades del mundo de la abogacía con los vaivenes afectivos.
› Por Emanuel Respighi
“Soy abogada de divorcios. La gente no me puede ver como una casamentera blandengue”, le explica Kate Fox a su amiga Victoria, quien le insiste en que debe desarrollar el talento innato que posee para unir hombres y mujeres. Pero Kate es consciente de que su incipiente carrera como abogada de divorcios resulta incompatible con el rol de Celestina que sus amigos y conocidos le adjudicaron, luego de haber formado varias parejas felices que comen perdices. Kate sabe que en su profesión no importa demasiado el amor: lo que realmente interesa es llegar al mejor acuerdo para el cliente, tenga razón o no y cualesquiera sean las formas elegidas para ello. Pero la rubia es, en el fondo, un “sapo de otro pozo”. Ella cree fervientemente en el amor y no puede disociarlo de su trabajo, ni siquiera cuando su instinto amoroso pueda interceder negativamente en el estudio de su padre. La incompatibilidad entre el cruel mundillo de los abogados de divorcios y los intereses afectivos de Kate conforma el nudo central de “Miss Match”, la nueva serie que Fox estrena esta noche, a las 21. Abogada de día, casamentera de noche.
Aunque la historia parece creada por un ingenioso guionista, la trama de “Miss Match” se basa en la vida real de Samantha Daniels, una abogada de Filadelfia que se desempeñó en el rubro de los divorcios junto a su padre, y que, de buenas a primeras, abandonó su carrera para dedicarse a la unión de parejas, logrando formar nada más y nada menos que ¡39 matrimonios! La historia le interesó a Darren Star –productor de “Sex and the city”–, quien se unió a Jeff Rake para la creación de la nueva dramedy de Fox. La bella actriz Alicia Silverstone –que saltó a la fama como protagonista de los videoclips “Crying”, “Amazing” y “Crazy”, de Aerosmith– encarna a la mujer que cambió las audiencias por las citas a ciegas.
La serie comienza contando el momento en que Kate se da cuenta de que los divorcios no le sientan del todo bien y que el único motivo por el que se había dedicado a estudiar abogacía era para poder compartir más tiempo con su papá, dueño de un estudio especializado en divorcios. Luego de llevar adelante un caso en el que el novio le exigía a la novia un acuerdo prenupcial en el que se comprometiera a mantener su actual figura (de lo contrario, por cada kilo que subiera en el matrimonio su participación en la propiedad conyugal se reduciría 100 mil dólares), Kate asume que no está capacitada para defender a hombres y mujeres que sólo quieren obtener dinero del otro. “¿Se puede disfrutar de la vida estando solo?”, le pregunta Kate a uno de los hombres que acudió a sus servicios. Sin proponérselo, poco a poco la rubia empieza a tomar en serio lo que era su hobby y comienza a acercar a solos y solas, incluso a las ex parejas de quienes ha defendido recientemente.