ESPECTáCULOS
› “ABRE TUS ALAS”, DE NIR BERGMAN
Las marcas de una familia
Por M. P.
“¿Qué tiene de malo ser ratón?”, pregunta Ido, que no tiene demasiadas intenciones de retomar sus estudios y reparte volantes en los trenes, enfundado en un ampuloso disfraz. “¿Qué tiene de malo ser normal?”, le responde su madre, aun sabiendo que su familia está lejos de serlo. Porque, además de Ido, Dafna debe lidiar con la rebeldía de Maya, una joven que está harta de hacer de madre de sus hermanos y sueña con cantar en su banda de rock. Con los reclamos de la pequeña Bar y el enojo del algo menos pequeño Yair. Pero, antes que nada, Dafna debe lidiar consigo misma, y con la tragedia que borroneó los vínculos entre los integrantes de la familia Ulman, una madre y cuatro hijos que aún no hicieron las paces con el mundo luego de la muerte de su padre.
Son las heridas aún abiertas de una tragedia familiar las que filma la cuidada cámara del debutante Nir Bergman, ambientando su historia en el puerto de Haifa. Con una cotidianidad urbana universal antes que nacional, Abre tus alas podría suceder en cualquier ciudad del mundo. Allí va Maya, diciendo que odia a su madre y queriendo llamar la atención de sus profesores. Por allí anda Ido, no queriendo llamar demasiado la atención de nadie. Y allí despierta Yair, que moja la cama de su hermanita Bar antes que ella se despierte preguntándose cómo tiene tantas ganas de hacer pis si mojó su colchón. Con su sensibilidad a flor de piel, el ojo por el detalle de Bergman queda atrapado en cada cliché de la narración familiar naturalista, haciendo de Abre... casi un lugar común de la tragedia con sordina. Dejando por momentos tanta sensibilidad para ser sencillamente sensiblero, el film acompañará a sus protagonistas en un día crucial en el que sus heridas deberán mirarse de frente. Con buenas intenciones, e incluso buenas actuaciones, Abre... es un film convencional en sus ganas de evitar serlo. Sus confesiones tienen poco de confesionales, sus casualidades tienen poco de casuales, y su tragedia supura demasiado.