Llegaron a la TV de aire porteña hace tres años como un par de desconocidos, al frente de un ciclo en el que reinaban los deportes extremos, el humor y un ilimitado delirio. Nada más cercano a su forma de vida en la ciudad costera de Mar del Plata. A fuerza de la alegría desbordante que reflejan a través de “MDQ”, los hermanos Eugenio y Sebastián Weinbaum comenzaron a ser reconocidos por el público. Ahora dieron otro paso: como si fuera una de las historietas paródicas del ciclo que acaba de terminar su temporada, los hermanos fueron llamados para protagonizar una miniserie producida por Pol-Ka. “No es lo que parece” es el título de la serie de humor que el dúo, junto a su mamá Herminia, protagonizará a partir de mañana a las 21, por el 13. La miniserie, de tres capítulos de duración, fue íntegramente financiada por la General Motors, con el objetivo de lanzar comercialmente el nuevo Chevrolet Meriva. “Llegar del interior del país y protagonizar de la nada una serie de Pol-Ka nos llena de orgullo”, remarca Eugenio, que desde hace catorce años conduce “MDQ” y que en el 2004 tendrá una nueva edición. “Yerba mala nunca muere”, grita Sebastián, en la disparatada entrevista con Página/12.
–¿Hasta dónde se proponen llegar?
Eugenio: –No sé. Es una emoción muy grande para dos tipos como nosotros que venimos del interior. Esperemos no defraudar a nadie. El único problema, creo, es que se van a avivar y nos van a rajar a todos. Aunque, pensándolo bien, en una de esas zafamos de que nos den una patada en el traste porque es una mini serie y va a terminar antes de que nos linchen.
Sebastián: –Somos unos caraduras. Si hay que bailar, bailamos. Lo tomamos como un juego entre los tres. No tomamos conciencia de la responsabilidad de protagonizar una tira, porque nos hubiésemos desmayado. No quisimos asumir la responsabilidad. Somos caraduras mandados a hacer. Nos divertimos mucho. Fue como cumplir el sueño del pibe: venimos de Mar del Plata, de una familia numerosa pero unida, y llegamos hasta acá.
–¿Por qué creen que los eligieron a ustedes, que no son actores, para protagonizar la serie?
S.: –Estoy seguro que por un error de papeles. Alguien se confundió.
E.: –Claro, habrán pensado en los de “Son amores”. Pero se confundieron y llamaron a los que “Son de cuarta”. Y ahí, obviamente, aparecimos nosotros.
–¿Cómo fue trabajar en un esquema de trabajo completamente diferente al de “MDQ”, a las órdenes de un tercero?
E.: –Nos costó adaptarnos a las reglas. Lo nuestro siempre fue mucho más espontáneo. Acá tuvimos que respetar un sistema de guión y grabación al que no estamos del todo acostumbrados. En “MDQ” somos conductores, productores, noteros, guionistas y hasta técnicos.
–Después de esta experiencia, ¿prefieren actuar en “MDQ” o en una serie de ficción?
S.: –En “MDQ” nos sentimos más cómodos. Es un ciclo que lo estamos haciendo a pulmón hace 14 años y que se fue generando (o degenerando) paulatinamente. Es un ciclo que sentimos muy nuestro. Esta experiencia fue distinta, con actores de renombre como Juan Manuel Tenuta, Andrea Pietra, Juan Acosta... Nos encantó. Pero no cambiamos “MDQ” por nada del mundo.