Sáb 20.12.2003

ESPECTáCULOS

La trilogía de J.R.R. Tolkien, vista detrás de cámaras

Un especial del National Geographic Channel, que se emite mañana, trae imágenes inéditas de El retorno del rey, la última parte de El señor de los anillos, y propone insólitas asociaciones.

› Por Emanuel Respighi

La fiebre que se desata en la tribu mundial tolkieniana ante el estreno de cada una de las entregas de la trilogía de El señor de los anillos es por demás entendible. Al fin y al cabo, la monstruosa obra literaria ideada por J.R.R. Tolkien encontró en la visión de Peter Jackson una saga cinematográfica acorde con el espíritu que le dio origen cincuenta años atrás. Ahora: ¿es posible asociar al valiente Aragorn de Viggo Mortensen con el escocés William Wallace o el ex presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt? ¿Y al sabio Gandalf con Benjamin Franklin o William Cecil, el secretario privado de la reina Isabel I? ¿Tienen algo en común Frodo y Sam respecto de Edmund Hillary y Teying Norgoy, las primeras personas en escalar el monte Everest? Asociaciones a priori descabelladas pero a las que el National Geographic Channel se esforzó en encontrarles fundamentos –vagos, extraños, increíbles– y hacerlos converger dentro del Detrás de escena de El señor de los anillos: El retorno del rey, un especial que la señal documental exhibe mañana a las 21 (con repetición el sábado 27 a las 13).
Más allá de que la intención de encontrarles a personajes, temas y situaciones de la Tierra Media de El señor de los anillos un correlato con la realidad hace agua en muchos puntos, la exploración del lado histórico de la famosa trilogía de Tolkien posee algunas perlas que, por sí solas, atraen a los millones de argentinos que por estos días se comen las uñas ante el inminente estreno en el país de la última saga de la trilogía, El retorno del rey, prevista para el 1º de enero. En primer lugar, el programa cuenta con testimonios de los protagonistas de la película, además de algunos historiadores y expertos de la obra de Tolkien. Y en segundo lugar, tal vez el más importante, el especial propone imágenes exclusivas de El retorno del rey, como así también el detrás de escena del monumental trabajo técnico y artístico que demandó la película que cierra la trilogía cinematográfica.
El documental, de una hora de duración, se abre con una pregunta que jugará como eje a lo largo del programa: “¿Por qué lo que aparenta ser simplemente fantasía conmueve tanto a las audiencias?”. En busca de una respuesta “racional” al interrogatorio, algunos integrantes del elenco arriesgan una suerte de explicación a un fenómeno inexplicable. Para Hugo Weaving, que interpreta a Elrond en la ficción, el éxito de El señor de los anillos tiene su anclaje en que cuenta “una historia muy humana, que nos concierne a todos: la de la lucha eterna contra el egoísmo y la codicia de los seres humanos”. En la misma línea, el director Peter Jackson le otorga un fuerte peso a la universalidad de la temática de la película. “Creo que los temas contenidos a lo largo de las tres películas –afirma el neocelandés– son temas que fueron tan relevantes cincuenta años atrás, cuando Tolkien escribió el libro, como lo son hoy. Y fueron relevantes también quinientos años atrás.”
Aun cuando las conexiones a las que aspira el documental puedan resultar forzadas, hay actores que no niegan cierto anclaje en la realidad de Tolkien a la hora de crear la obra. “Tolkien había visto a sus hermanos oficiales masacrados de a miles en la Primera Guerra Mundial y atravesó esa encrucijada con una cierta certidumbre moral que recorre el libro: no siempre triunfa el bien”, apunta John Rhoys-Davies, que en la película interpreta al consecuente enano Gimli. Al mejor estilo de los sabios consejos que su personaje, Gandalf, dispara en la saga, el actor Ian McKellen se atreve a vincular la obra más famosa de Tolkien con las atrocidades del nazismo. “No puedo –afirma– ser la única persona de mi generación que, sabiendo que Tolkien escribió El señor de los anillos durante la Segunda Guerra Mundial, mientras su hijo peleaba en el norte de Francia, piensa que el libro es una especie de parábola del mundo real. Creo que no existe un Sauron hoy en día, pero sí había uno en 1939.” Pero es Rhoys-Davies quien cierra el programa a través de una frase que contiene la épica propia de la trilogía. “Aun cuando fantástica, no se trata de un cuento de hadas, sino que es una historia implacablemente verídica: una historia de esperanza por la que vale la pena pelear hasta el final”, concluye, en la antesala perfecta del esperado final.

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