“Lo nuestro es hacer música, brindar dos horas de alegría a la gente y, de ese modo, sacarla de la realidad en que está inmersa”: con esa frase, el guitarrista Janick Gers comenzó a preparar el ambiente para la presentación de los veteranos metaleros Iron Maiden en el estadio de Vélez Sarsfield, show que el 11 de enero oficiará de apertura de una temporada internacional más bien incierta. El cantante Bruce Dickinson, por su parte, apuntó que “no nos importa seguir las reglas de la moda, de lo que se usa, sino continuar siendo fieles a nosotros mismos para mantener encendida la llama del grupo”. En un show que definen como “sorprendente, acorde con el trabajo creativo que hicimos en nuestro disco”, el grupo integrado también por Adrian Smith y Dave Murray (guitarras), Steve Harris (bajo) y Nicko McBrain (batería) presentará en la cancha de Liniers (las entradas están valuadas entre 35 y 60 pesos) las canciones de su flamante Dance of death, en la que será su cuarta visita al país –las anteriores fueron en 1992, 1996 y 2001– antes de seguir por Chile y Brasil. Por otra parte, el grupo argentino Horcas, telonero de la presentación de los británicos, comenzará a calentar motores mañana a las 23 en Cemento (Estados Unidos 1234), donde presentará las canciones de su nuevo CD.