Sáb 05.06.2004

ESPECTáCULOS  › VICTOR LAPLACE, AHORA EN “LOS DE LA ESQUINA”

“El humor también es cultura”

Con una extensa trayectoria a cuestas, Víctor Laplace es uno de los protagonistas de Los de la esquina, de Canal 7. Su opinión en el debate sobre los medios públicos.

Por E. R.

De extensa trayectoria como actor y director, Víctor Laplace acaba de volver a trabajar en la televisión argentina. Después de un buen tiempo alejado de la pantalla chica, más abocado a desarrollar su trabajo en el teatro y en el cine, el director de El mar de Lucas es además uno de los protagonistas de la primera de las ficciones en las que se embarca Canal 7 (ver aparte). En una especie de continuidad temática y genérica de Los Benvenuto, el ciclo que durante la primera mitad de los ’90 emitió Telefé, Los de la esquina es una nueva versión de la típica comedia de enredos familiares, que se emite todos los domingos a las 14.30 por la renovada emisora estatal. “Estoy muy contento de volver a trabajar en el canal, donde tengo muchos y buenos recuerdos. Y por suerte vuelvo al 7 haciendo ficción. Hacía muchos años que el canal había abandonado el género. Era hora”, dice quien está a punto de estrenar su segundo largometraje, La mina, el 19 de agosto próximo. Además, Laplace se encuentra en plena tarea de edición de La otra Argentina, un documental provisto del material que filmó durante los dos años y medio que estuvo de gira con Made in Lanús, la obra de Nelly Fernández Tiscornia. “No tengo tiempo para nada: ni siquiera para ver algo de TV”, apunta Laplace en diálogo de Página/12.
–¿Cómo fue el reencuentro con la ficción después de tanto tiempo volcado a la dirección y a los talleres de teatro?
–Es volver a acostumbrarse a que uno tiene que tener un ritmo actoral, que hay que hacerlo en determinado tiempo y conformar una comedia que sea atractiva para toda la familia, que no es nada fácil. Por lo que pude chequear, el programa tuvo muy buena recepción de parte del público. El pueblo, la gente, los televidentes, me comentaron que vieron el ciclo y les encantó.
–Usted es un actor que supo hacer ficción en canales privados con un presupuesto importante. ¿Cómo es hacer ficción en la emisora estatal? ¿Cuáles son las dificultades a las que se enfrenta el actor?
–Creo que todas las falencias del canal estatal se van corrigiendo en la medida que uno tenga el deseo de que el programa salga bien. Yo soy de los que piensan que, en ocasiones, un exceso de técnica puede traer aparejado un enfriamiento en las relaciones laborales. Recuerdo que hace tres años hice una intervención en un programa de un canal privado y me encontré con que me dirigían a través de un micrófono, sin el necesario cara a cara. Acá se logra tener una familiaridad entre actores y técnicos que es necesaria para la frescura en cámara de la ficción.
–¿Por qué cree que es necesario que haya ficción en el canal público?
–Es una cuestión de ecuación. Creo que fueron muchísimos años de no ficción, muchos años de ruleta, de juegos... Me parece que agregar una dosis de ficción a Canal 7, con actores reconocidos y en clave comedia, es necesario para la gente de todo el país. Además, estamos haciendo una comedia que tiene un aire de nobleza en cuanto al contenido. En Los de la esquina no hay esta cosa de deseos inconfesables ni de tríos extraños, que pareciera ser por estos tiempos que si no fuera así no se puede hacer ficción. Los de la esquina le otorga un aire fresco a la ficción actual.
–El lanzamiento del programa se dio al mismo momento de la polémica por el conflicto con Los siete locos y El refugio de la cultura. ¿Qué opinión le merece lo que pasó?
–Yo no estoy de acuerdo que se levanten programas culturales. Mucho menos en la pantalla de la emisora pública, que pareciera ser el único reducto mediático en el que la cultura aún conserva un espacio. Pero me parece que el debate sobre los medios de comunicación es un debate viejo que se parcializa. Hay que hacer ese debate público y plural, pero con gente representativa. Hace años que se debate sobre el rol de Canal 7, pero siempre hay opiniones interesadas. El peronismo, como militante lo digo, tiene históricamente un problema en el que la coexistencia de diversas tendencias es casi imposible. En Canal 7 tienen que coexistir la ficción con la cultura. Pero con la cultura en serio. A mí no me gusta la gente que se enquista. Son programas que tienen muchos años. Es bueno renovarse. Si uno se queda enquistado en los lugares, se aburguesa. Eso también es malo para la cultura.
–Lo que ocurre es que, por lo general, el humor es un género menospreciado. Una ficción en clave humorística no es percibida socialmente como una propuesta cultural.
–Muchos piensan que el humor no es cultura. Eso es un esquema. Yo he hecho muchas comedias, como Adiós Roberto, que si la hubieran hecho los italianos se la hubiera calificado como “una comedia costumbrista italiana fantástica”. Como fue hecha por argentinos, se la calificó de otro manera. Los argentinos somos bastantes necios a la hora de juzgar. Yo no soy nadie para juzgar. Lo que digo es que se haga un debate sobre el rol de los medios públicos y su relación con la cultura, pero que ambas posturas estén al mismo nivel. Ciertas personas deben entender que, en este debate sobre el rol de los medios públicos, no hay que ser sectarios ni excluyentes. En estos días escuché descalificaciones a la producción de ficción de parte del canal estatal que, estoy seguro, de ninguna manera benefician a la cultura, entendida en cualquiera de sus tantas acepciones.

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