ESPECTáCULOS
La fantasía es cosa de grandes
El Primer Festival de Títeres para adultos, que se desarrolla en el Celcit, propone para el género diversidad temática y estética.
› Por Oscar Ranzani
En épocas en que los videojuegos y las mascotas electrónicas no existían, los niños jugaban con muñecos artesanales que para muchos de ellos tenían vida. Los títeres eran unos señores mayores o chicos como ellos que les permitían navegar por un mundo de diversión, alegría y sueños. A cambio, los titiriteros esperaban que, al menos durante el tiempo en que subían a escena, cada títere fuera un amigo más de cada niño. Pero no tenían mucha cabida en el mundo de los mayores. Con el tiempo, los títeres para adultos fueron ganándose un espacio en la programación teatral. Gracias a la aceptación que tuvieron en los últimos años se programó el Primer Festival de Títeres para adultos, que comenzó ayer y se extenderá hasta el 13 en el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit, Bolívar 825), entidad organizadora del evento junto con el grupo El Bavastel. Allí el público se encontrará con distintos tipos de espectáculos realizados con diversas técnicas de manipulación. “Buscamos armar una programación en la que hubiera variedad de técnicas, temáticas y estéticas”, señaló Carolina Erlich, integrante de El Bavastel y directora de Pequeños ambientes.
Esta obra, estrenada en 2002 en Plaza Francia, se presentará hoy en el Festival. Pequeños ambientes está hecha con animaciones en miniatura. Está preparada para ser vista por un espectador a la vez. Lucía Marachli, integrante de El Bavastel, lo explica: “Cada espectáculo se ve en una caja durante unos tres minutos. Vamos a presentar tres cajas: El cuarto del bebé (donde se ven tres minutos de la historia de un bebé), El comedor (la historia de una mujer que espera a alguien a comer) y El baño, donde “un hombre se levanta a la mañana para hacer pis y como su inodoro es muy chiquitito no puede”, comenta sonriendo Marachli.
El grupo Los Quintana, integrado por los hermanos Paula y Esteban Quintana, que estudiaron juntos en la Escuela de Títeres del Teatro San Martín, presentarán Manomovies, una obra que dura unos 45 minutos, estructurada con tres historias. “La primera es una aventura al estilo de fantasía heroica de dragones y caballeros”, dice Esteban Quintana. “La segunda es la historia del universo contada en cinco minutos nada más. Y la tercera es una historia de ciencia ficción, con naves, alienígenas y peleas”, agrega. La técnica utilizada es el teatro de manos. “También se llama manodrama. Son títeres, personajes y situaciones con las manos. Algún que otro objeto como para acompañar. Pero la idea más que nada es que el espectador termine de armar la idea o la situación que queremos contar, con la imaginación”, dice Quintana.
El grupo Peatones del Aire interpretará Dinastía Ubú, la tesis de graduación de la directora Marisa Taboadella, que trabajó con teatro de objetos basándose en el clásico Ubú Rey. Lo llamativo de la propuesta es que se trata de un trabajo realizado con objetos de chatarra, como enceradoras destartaladas o teléfonos en desuso que Taboadella encontró en volquetes. “Se armaron títeres muy locos con una cabeza de enceradora, una mano de un cable y otra mano de manija. Ubú, por ejemplo, es una cabeza de sifón con un macetero. La estética del espectáculo está basada en estos objetos basureros”, sostiene la titiritera. “Hay un guerrero que siempre se rompe, es un guerrero frustrado. Está hecho con un cono de lavarropas, tiene un farolito de cabeza y un manubrio de bicicleta que son los brazos”, señala Taboadella.
La compañía El Nudo interpretará Mar de Margaritas. No tiene texto. “Se arma a partir de imágenes que van dejando signos para que el espectador descifre. Algunos son obvios, como un joven deshojando una margarita, y otros son bastante más oscuros”, subraya la directora Mariana Trajtenberg. “Es una historia de amor: un triángulo amoroso compuesto por un jovencito representado por un títere, un par de piernas y una titiritera. El joven y la titiritera desean a las piernas y compiten”, destaca.