ESPECTáCULOS
› AL CIERRE DE ESTA EDICION, TELEFE
DOMINABA LA ENTREGA DE LOS MARTIN FIERRO
El gaucho que se puso a cantar “Resistiré”
Lo único nuevo fue el voto electrónico, que busca limpiar la imagen de Aptra. El largo devenir de la ceremonia extendió el dominio de Telefé gracias a su exitosa tira de 2003, que se encaminaba al Oro. América tuvo lo suyo.
Tuvo algo de paradójico: en una noche repleta de estrellas –y estrellados–, la vedette de la 34ª entrega de los Martín Fierro fue... el voto electrónico. Desde el discurso inicial del flamante presidente de Aptra, Carlos Sciacaluga, que mencionó al nuevo sistema de votación como otro paso en busca de “transparencia y confiabilidad” en unos premios que suelen recibir palazos a diestra y siniestra, la entrega de los galardones a la producción 2003 buscó hacer una diferencia con respecto a los radiopasillos, rumores y zancadillas verbales de cada año. A pesar de todo el esfuerzo y las menciones permanentes al nuevo método, en lo formal el Fierro de este año fue como el anterior, y el otro, y el otro: un interminable desfile de ternas y premiados (50 incluyendo el Oro), aplausos sentidos y de compromiso, discursos inspirados, cortitos y de los otros, ganadores y más ganadores.
Entre ellos, los responsables de Resistiré tuvieron varios motivos para brindar: al cierre de esta edición, en los pasillos del Hilton –y a pesar de tanto secreto– se repetía una y otra vez que el Martín Fierro de Oro estaba destinado a la telenovela de Telefé. Es que, con el correr de la velada, la tira se fue alzando con los premios al Guión (Mario Belatti y Alberto Segade), Director (Carlos Luna, Daniel Aguirre y Miguel Colom), Revelación (Claudio Quinteros), Actriz protagónica (Carolina Fal), Actor y actriz de reparto y Novela. Pasada la medianoche, el reparto general le daba ventaja a Telefé (quince premios), seguido por América (diez) y lejos de Canal 13 (cuatro), Canal 7 (dos) y Canal 9 (uno), mientras que en radio, entregados todos los premios, se impuso Mitre (cinco), seguido por Continental (tres), Rivadavia (dos), Nacional, Rock & Pop y Radio 10, con un premio cada una.
A pesar de la inevitable rutina de estos trances, la transmisión conducida por Horacio Cabak y Araceli González tuvo sus momentos con cierta sal. Mucho después de pasar por el estrado, las chicanas públicas entre Jorge Lanata (ganador por “labor periodística masculina”, que apuntó a su ausencia en el aire, el periodismo independiente y los profesionales que prefieren “entrevistar a una vedette que se cayó del balcón”) y Luis Majul (integrante del equipo ganador de América Noticias en “Noticiero”, que aludió a “las porquerías de las internas de la tele”) se tradujeron en agrios comentarios tras bambalinas. Aliverti terció en el cruce cuando, al recibir el premio por Marca de radio, sostuvo que “no hay periodistas independientes, sino periodistas libres”. Adrián Paenza, ganador por Científicos industria argentina, defendió la educación libre y pública advirtiendo que “nada sería posible sin los científicos y los estudiantes”. Magdalena Ruiz Guiñazú dedicó su premio a la labor periodística femenina en radio “a los periodistas de San Luis, contra la ley mordaza que se pretende imponer allí”. Adolfo Castelo, en un discurso largo y emotivo, dijo que “pese a que estéticamente estoy arruinado, la realidad es otra, y mi enfermedad se fue”, para cerrar proponiendo que “espero inaugurar el año que viene el premio Juan Salvador Gaviota, para los que están en pelotas”. En el terreno de lo puramente emotivo, el recuento de “los que se fueron” (Narciso Ibáñez Menta, Enrique Sdrech, Luis Clur, Nelly Fontán, Juan Castro, María Gabriela Epumer, entre otros) desató aplausos y lágrimas. Después, cada cual siguió participando del rito y jugando su propia boleta de prode.
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