ESPECTáCULOS
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Un hombre generoso
Por Gerardo Gandini*
Era 1970 - Primer y único Festival de Música Contemporánea de Buenos Aires: ¡organizado por la Municipalidad!
Varios compositores ilustres: Morton Feldman perdido en el aeropuerto y luego en las calles de la ciudad; Lukas Foss como protagonista del más grande y único escándalo musical ocurrido en Buenos Aires: el estreno local, que dirigiera con la Orquesta Sinfónica Nacional, de In C, de Terry Riley; también la más grande masacre que recuerde: la ejecución de la Sinfonía de Anton Webern por la misma orquesta; prefiero no mencionar al director.
Entre los más ilustres visitantes: Krzysztof Penderecki, entonces compositor avant garde, antes de su conversión a una especie de sinfonismo neoclásico-romántico. Yo estreno, actuando como solista, mi Fantaisie Impromptu. La misma orquesta, esta vez dirigida por Antonio Tauriello. Penderecki está entre el público.
Al año siguiente recibo un telegrama donde la radio de Austria me invita a tocar la misma obra con la orquesta de la radio en el Musikverein de Viena y el Festival Musik Protokoll, de Graz. No me explico cómo conocían la obra.
Al llegar a Viena, voy al edificio de la radio (que curiosamente queda en Argentinienstrasse –la calle de la Argentina–) y me entero de que había estado Penderecki y había dicho que debían invitarme a tocar esa pieza. Al regresar al Opern-Ring Hotel Pension recibo un llamado de Penderecki, invitándome a comer fischensuppe en un restaurant gitano. Esta ceremonia se repitió durante toda mi estadía en Austria.
Ese es mi recuerdo de Penderecki: el de un hombre absolutamente generoso, hospitalario y desinteresado.
* Compositor.