ESPECTáCULOS › ESTA NOCHE EMPIEZA LA SEGUNDA TEMPORADA DE “E-24”
La guardia se pone más heavy
El ciclo de emergencias médicas de Canal 13, pionero en el género del “docu-reality”, mostrará este año situaciones y casos vinculados con la violencia social.
Por Emanuel Respighi
Desprendimiento lejano del reality show, el docu-reality encontró en los últimos dos años un importante lugar en la TV nacional. A partir del equilibrio interno entre el género documental y el reality show, programas como E-24, Policía bonaerense (luego rebautizado Policías en acción), 30 segundos y el reciente Vidas al límite fueron conviviendo en las programaciones de los canales con calidad y fines diversos, pero con niveles de audiencia televisiva para nada despreciables. Esta noche, al término de Padre Coraje, comienza en Canal 13 la segunda temporada de E-24, el programa pionero de un género cuya materia prima es la vida real. El ciclo de emergencias médicas, producido por Cuatro Cabezas, retorna hoy con la tranquilidad de tener una temporada tras sus espaldas. “Este año, el programa está mucho más maduro: yo aprendí un poco más de televisión y los productores aprendieron más de medicina”, le asegura a Página/12 Jorge Tartaglione, director de Contenidos médicos de E-24.
Manteniendo el formato mostrado en la primera etapa, el ciclo que registra el funcionamiento de las guardias médicas de los hospitales públicos contará con algunas novedades. A diferencia del año pasado, cuando las cámaras se inmiscuían únicamente en el Hospital Fernández, ahora E-24 ampliará la mirada de sus ojos-cámaras hacia otras instituciones. Además de seguir los pasos de lo que ocurre en el Fernández, este año se agregarán otros cinco hospitales: el Ramos Mejía, el Santojanni, el Piñe-ro, el Alvarez y el Zubizarreta.
“La idea de sumar otros hospitales es para tener la posibilidad de ampliar un poco la temática de casos”, explica Tartaglione. “Con esta apertura –continúa– nos dimos cuenta de que cada hospital tiene sus particularidades. Los hospitales periféricos suman otras patologías, otras enfermedades y otros casos. Este año, la emergencia va a estar asociada a la violencia. No necesariamente mostraremos casos más violentos, pero sí veremos la cantidad de casos de emergencia que son producto de la violencia, que actualmente existe en la sociedad. Los casos de agresión física que se ven en una sola guardia del Santojanni, por ejemplo, en otros hospitales se ven a lo largo de una semana de trabajo.”
Más allá de la apertura a nuevas instituciones médicas, Ricardo Pichetto, director de contenidos de Cuatro cabezas, adelanta que esta nueva temporada será un poco más fuerte que la primera. “El hecho de que el público argentino ya tenga una experiencia previa con E-24 nos permite mostrar casos más fuertes”, cuenta Pichetto. “Superada la etapa de acostumbrar al público argentino a un formato novedoso para la TV abierta, ahora pondremos al aire casos médicos más duros en términos televisivos, pero que no escapan a la realidad social de un hospital público en un país tan desprotegido como la Argentina. Porque en un hospital pasa todo lo que mostramos y también ocurre otra enorme cantidad de situaciones mucho más densas”, admite el ejecutivo de la productora de Mario Pergolini.
Pese a las críticas que inicialmente recayeron sobre el programa (basadas en la discusión sobre si un equipo de TV puede afectar o no el normal funcionamiento de una guardia médica, o sobre si la emisión televisiva del trabajo de los médicos con los pacientes viola o no el secreto médico, etc.), los productores señalan que el programa mostró a lo largo de su primera temporada una evolución en los contenidos y en la manera en que se trataba cada caso en particular. “El último año –apunta Tartaglione– fuimos incorporando paulatinamente cuestiones cada vez más complejas, hasta que en el último capítulo tratamos la muerte. Este año ya arrancamos en el primer envío con un tema complejo.” Pichetto, en tanto, señala que “E-24 demostró que se podía hacer un programa de TV y a la vez hablar con nociones de prevención y educación para determinados casos médicos y de adicciones varias. El ciclo dejó en claro que era posible mostrar imágenes fuertes y no por eso ser morboso.” En su defensa a las críticas, el ejecutivo subraya que si no hubieran hecho un ciclo cuidado, “no hubiésemos tenido nuevamente la autorización para filmar en el Hospital Fernández”. Aunque, por la propia lógica televisiva, E-24 persigue fundamentalmente un objetivo comercial, Tartaglione aclara que el mayor mérito del ciclo fue haber cumplido con el objetivo de máxima: reivindicar al hospital público como centro de atención a la comunidad. “Creo que el programa –analiza– logró revalorizar el hospital público, a partir de mostrar el funcionamiento y el esfuerzo de los médicos, los enfermeros, los camilleros, las ambulancias... Además cumplimos con el objetivo de utilizar al programa como vehículo para realizar campañas de prevención de accidentes o adicciones, a través de las imágenes que mostrábamos.” En ese sentido, E-24 recibió un premio de parte de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, a raíz de un informe emitido el último año sobre la necesidad de que los motociclistas usen cascos para prevenir accidentes fatales. “Ojalá –desea Pichetto– podamos seguir desandando ese camino: hacer que cada programa contenga, además de la tensión, el drama y la sorpresa de toda emergencia médica, un mensaje preventivo que ayude a mejorar la calidad de vida de todos los argentinos.”