Hay que verlo a Mex Urtizberea interrumpiendo la entrevista con Página/12 y salir disparado, cual niño excitado, hacia el patio de su casona en Villa Crespo a buscar su “nuevo pasatiempo”. Basta verlo regresar con una botella y una caña de pescar en mano, intentando embocar la arandela que pende de la tanza en la boca de la botella, para comprender el espíritu lúdico con el que enfrenta la vida. “Este juego es maravilloso. No sólo por la atracción de si el tipo puede agarrar la botella o no, sino fundamentalmente por las extrañas maneras que adquiere la cara de quién está jugando. Mirame, mirame”, ordena, mientras su aniñado rostro se desfigura en una extraña masa de piel, sacando la lengua afuera y haciendo fuerza hasta por los ojos para acertar la arandela. “Hace varios días que existo únicamente para esto”, señala, orgulloso, mostrando sus aptitudes para uno de los tantos juegos que habrá en La kermex, su nueva propuesta televisiva, con la que el actor regresará a la TV este sábado a las 23, por América.
En el marco de una kermesse televisiva, el ciclo de Mex despuntará un estilo de humor absurdo a partir de una propuesta variada, en la que lo acompañarán la periodista Romina Calderaro y las ex Magazine For Fai Julieta Zylberberg y Violeta Urtizberea, a su vez hija del cómico y músico. El ciclo contará con invitados (desde artistas callejeros hasta consagrados, pasando por políticos), quienes mostrarán sus artes y se someterán a entrevistas y a juegos propios de las kermesses. “Va a haber de todo, como en un circo romano”, señala Mex. La kermex contará, además, con una banda en vivo en la que el conductor volverá a tocar el piano, como en el recordado Medios locos, su último trabajo televisivo.
–Estoy contento de volver a la TV porque puedo hacer lo que a mí me gusta. Yo siempre hice lo que me divierte. Nunca tuve la desesperación de estar en la tele a cualquier precio. Me han llamado para actuar en TV, incluso dar el servicio meteorológico, y siempre lo rechacé. Aun cuando eran propuestas buenas en cuanto a lo económico.
–¿Por qué eligió a una kermesse como marco para su regreso a la TV?
–Porque la kermesse tiene que ver con el presente argentino. La gente se empezó a solidarizar de alguna manera, después de la crisis pos 90 que inundó el país. Las kermesses siempre fueron armadas por las parroquias o los colegios para juntar fondos. Es un lugar al que siempre me gustó ir, porque tiene un costado muy argentino: todo es muy austero y algo triste. Es una especie de parque de diversiones pero con muy bajo presupuesto. Pero pese a que todo era hecho de manera casera, uno la pasaba muy bien en las kermesses, porque es un lugar muy familiero.
–En La kermex participarán artistas callejeros mostrando su arte. ¿El programa inaugurará el espacio off televisivo?
–Se me ocurrió darle un espacio masivo a toda clase de artistas, mucha de la cual apenas si sobrevive. Pero no voy a poner a cualquier mamarracho frente a la cámara para que la gente se ría. Voy a poner a tipos que valgan la pena. Yo estuve mucho tiempo en el Parakultural y ahí también había de todo: había cosas maravillosas, que era el 20 por ciento, y el resto era una porquería. Había gente que se ponía pescado adentro del orto como algo exótico y “loco”, pero que no tenía nada de artístico.
–¿Es posible trasladar la estética y la creatividad del circuito off a un medio tan conservador como la TV?
–Sí, se puede, siempre que se ponga a tipos que realmente sean buenos y tengan algo bueno para mostrar. Si uno pone a un tipo que hace cualquier cosa, es obvio que la gente va a cambiar de canal.
–O sea que no va a hacer un ciclo de culto, como lo fueron De la cabeza o Cha Cha Cha, donde también participó.
–Yo espero que lo vea la mayor cantidad de gente posible. El ciclo tendrá un código de humor anárquico, pero está pensado en términos más televisivos. Van a venir La Bersuit y Los Piojos, pero no se van a meterlos dedos en el orto, sino que van a tocar música. La idea es que se rían todos, no un gueto chiquito de gente. Es más cercano a lo que hacíamos en Medios locos y más lejano a De la cabeza.
–¿En La kermex se verá un Mex más industrializado?
–Mmmhh... Más que industrializado, van a ver a un Mex más hamburguesado, de tanto comer hamburguesas (risas). Cha Cha Cha duró seis años porque Eurnekian estaba fascinado con (Alfredo) Casero, pero el ciclo no marchaba. Todo X $2 recogió el espíritu chachachesco, pero con un formato más televisivo, con repetición de sketches y personajes. Alfredo Casero hace cosas que sorprenden pero dentro de un contexto dramático. En Cha Cha Cha, que Alberti hiciera a Peperino Pómoro era todo un triunfo, porque no lo quería hacer. Y la repetición es el concepto televisivo número uno. Si querés hacer otra cosa andá a hacer teatro off y no TV, que entra a hogares de composición y gustos heterogéneos.
–Pero con usted la pantalla recupera un estilo de humor muy particular.
–Puede ser. Es un tipo de humor que comenzó con De la cabeza pero que con el tiempo se fue instalando en los programas. Suar empezó a poner humoristas dentro de sus tiras (como Posca o Cedrón), Agulla y Baccetti hacen publicidades que tienen una gran cuota de absurdo. El humor absurdo está más instalado, porque se le encontró la vuelta televisiva. Y eso me juega a favor.