ESPECTáCULOS
› LUCIANO SUPERVIELLE
“Yo no aporto a la evolución del tango”
El artista francouruguayo explica cómo aborda el tango desde la electrónica.
› Por Roque Casciero
Mientras hay quienes hablan de experiencias como Gotan Project y Bajofondo Tango Club como si fueran la evolución del tango, Luciano Supervielle se planta y dice que el nuevo tango tendrá que ser hecho por algún tanguero, no por músicos como él, más cercanos al hip hop y la electrónica. Supervielle forma parte del colectivo Bajofondo, liderado por Gustavo Santaolalla, y este año publicó su primer disco solista, Supervielle. “Es un álbum de hip hop, por más que tome elementos del tango”, asegura el músico francouruguayo. “Claro que el hip hop que hago tiene más que ver con lo que se llama abstract hip hop, de gente como DJ Shadow, que con los raperos más conocidos. Pero el hip hop es un lenguaje a través del cual se pueden crear cosas muy diferentes y uno puede acercarse a la música clásica, al jazz... o al tango.” La aproximación de Supervielle al dos por cuatro tendrá presentación en vivo hoy a las 21 en The Roxy Bar, Gorriti 5568, con invitados que participaron del disco, como Daniel Melingo, Cristóbal Repetto y los raperos uruguayos Contra Las Cuerdas.
–Usted tiene formación clásica de pianista. ¿Cómo fue que se volcó a hacer música con la computadora?
–Al mismo tiempo que estudiaba piano hacía hip hop con un grupo llamado Plátano Macho. Tuve la suerte de que mi padre se compró una computadora y entonces desde los 16 años me involucré con el lenguaje de la electrónica. Tenía teclados que permitían componer música por capas: ponía una línea de batería, una de bajo y arriba de eso tenía espacio para orquestar. Eso es súper importante en mi música, porque si bien nace del piano, ese instrumento no tiene una participación solista, sino que es un elemento más de una orquestación. Al trabajo con samples muchas veces se le quita valor porque utiliza material que ya fue hecho antes por otra persona, pero obliga a hacer un trabajo muy importante de combinación de sonidos, que es algo muy cercano a la orquestación.
–¿En cuánto lo ayuda para este proyecto tener una formación clásica?
–Muchísimo, porque son herramientas que están en mí y las utilizo todo el tiempo. El piano es súper importante para mí, se nota en mi música. Pero eso no quiere decir que me parezca imprescindible tener formación clásica: cada cual maneja los códigos y las herramientas que tiene; en base a eso se genera la personalidad de cada músico.
–¿Le interesaba el tango antes de ser convocado para Bajofondo Tango Club?
–No de modo directo. Siempre me gustó mucho el tango de Piazzolla, que es otro de los músicos que más influyeron en mí, tanto por lo rítmico como por lo melódico. Obviamente, cuando nos pusimos a trabajar en este proyecto hubo un acercamiento específico hacia el tango que me hizo descubrir el estilo. Nunca fui tanguero, nunca hice tango, y cuando nos reunimos en Bajofondo con la premisa de mezclarlo con nuestro lenguaje electrónico, eso me hizo investigar y conocer más el estilo.
–Ese acercamiento casi de laboratorio, ¿no lo deja afuera de muchos elementos del tango?
–Es que yo hago hip hop. Las cosas que me sirven del tango son las que puedo asociar a mi género. Como en todo trabajo de experimentación, hay cosas que quedan de lado. Pero el tango y el hip hop comparten un origen bailable, entonces hay muchas cosas que uno sabe que puede asociar. De todos modos, si hago un aporte a alguna evolución es a la del hip hop o de la música electrónica, no a la del tango. El nuevo tango va a surgir de un tipo que sea tanguero, que dedique diez horas por día a hacer tango. Y si se acerca a la música electrónica, lo hará desde el tango. Yo estoy del otro lado.