ESPECTáCULOS
› ENTREVISTA A DIEGO GVIRTZ, QUE VUELVE CON UNA TVR RENOVADA
“Para ampliar target sin perder calidad”
El productor sorprendió con una nueva dupla de conductores de TVR: Gabriel Schultz y José María Listorti. En esta entrevista, Diego Gvirtz explica cómo hará para “ser más masivo y de vanguardia al mismo tiempo”.
› Por Julián Gorodischer
Siete años después vuelve el repaso maldito sobre medios. ¿Qué define a un clásico? Acaso la repetición incesante de un recurso, o su afinidad con el gusto popular... Diego Gvirtz, creador del “resumen irónico” en todos sus formatos (Indomables, Televisión registrada o el concurso Qué sabe usted de TV), dirá que es apenas el tiempo transcurrido. “Y... –dice en la entrevista con Página/12– TVR cumple siete años en una tele en la que llegar a siete meses es un milagro.” Fue definido alguna vez como “el más maldito de todos”, odiado por las estrellas y por Raúl Portal, al que desbancó de su PNP, pero amado por Roberto Pettinato (su conductor fetiche, al que le regalará su primer biopic no póstumo en 2005). Descubrió alguna vez que había una manera de contar las peleas mediáticas y el chisme con otros ojos, e ideó su hora semanal de TVR como un enchastre de roces y gritos atemperados por la crítica; reconvirtió a Fabián Gianola en “editorialista” y reinauguró el dibujo ácido (La escuelita de los famosos, Tino y Gargamuza) en la mejor tradición del estadounidense Beavis & Butthead.
Ahora, como en una trampa o una paradoja, cae envuelto en una peleíta de esas que relevó con tanta saña: a la renovación de la dupla de conductores (que ahora serán Gabriel Schultz y José María Listorti, los lunes y jueves a las 22.15) le siguieron los palos de Fabián Gianola que adujo sentirse “echado”. Y como si de pronto acortara la distancia con el objeto de la sátira, Gvirtz entra en el juego:
–El problema de Fabián es que es exageradamente polifacético y costaba mantener el perfil de TVR en combinación con Los Felipe o la publicidad del Bingo. Después salió a decir pavadas: se fue porque se quiso ir, porque su imagen estaba desgastada y porque le había dejado de convenir a TVR. El, que siempre decía que Tinelli era genial, empezó a hacerse el comprometido. ¡Vamos...! Yo jamás le leí un monólogo a Pettinato, nunca pedí que me dijeran qué iban a decir...
–Con la elección de José María Listorti (ex desnudista en las cámaras ocultas de Tinelli) sorprendió a todos...
–José María es un gran comediante. Y yo no soy de esos que condenan a Videomatch; a mí me da risa una cámara oculta que, se sabe, no es oculta, hasta le veo un valor de parodia: siempre con la misma modelo, haciendo lo mismo durante cuatro horas, no tan lejos de lo que puede estar proponiendo Indomables. Queremos ampliar el público, recaptar a un target más amplio, un sector que estábamos perdiendo, sin que eso implique perder lo que siempre fue TVR: un programa de vanguardia.
En 2005 estarán –claro– las peleas entre la Salazar y la Marengo en Viña del Mar porque no existiría TVR sin esa lucha en el barro, ese ruido en el que encuentra una forma de belleza. Los visualizadores, mártires que cazan las perlitas durante ocho horas diarias, son conscientes de que el duelo mediático es la unidad televisiva, el centro de todo. Pilar Rayas, que filtra el material, dirá que existe un solo método para hacer de la basura otra cosa: TVR toca y jerarquiza... “¿Por qué acá todo se ve distinto? –se pregunta–. Sólo por algo: ¡el archivo es demoledor!” Todos, en la productora, tienen ese gustito por sumergirse en el trash de la semana televisiva, escarbar en el cable y en las tardes de Rial y Mauro hasta enchastrarse con gusto y salir indemnes. Claro que la excusa será hacerlo ¡para el bien!, resumida en la metáfora del insecticida con olor a flores. ¿Y eso? “Para la gran mayoría de la gente –dice Gvirtz–, todo lo que comunica la TV es verdadero. Y muchas veces, por ese exceso de credibilidad, se consume ese insecticida con olor a flores con más entusiasmo: la TV deja un rico olor hasta en lo podrido...”
¿Y en qué términos se incorporarán las tragedias del verano a este repaso de actualidad, que no podría obviarlas? La sátira tambalea ante el tema Cromañón, pero prefiere ennegrecerse antes que desaparecer del todo. Cuenta el productor Federico Kon que imaginan un primer programa que no tema al humor negro. ¿Imágenes del incendio musicalizadas con el Dame fuego de Sandro? ¿Demasiado lejos? “No sirve la moralina –dice Kon–. Nosotros llegamos a musicalizar la caída de las Torres Gemelas con el tema de Virus que dice El avión ya despegó/ con destino a Nueva York. Una primera lectura puede tomarlo como efectista, pero también puede pensarse que decimos Dame fuego por ‘el fuego de la vida... el fuego del rock que se perdió’. Para el tsunami queremos poner Las olas y el viento. Pero no sabemos si va a entrar porque el informe quedó medio viejo.” En ese desfasaje entre “lo que habría que decir” y lo que dicen (que alguna vez les generó querellas y críticas por discriminar a homosexuales y bolivianos) y en el morbo de la caza de brujas a famosos, ¿está la clave de la permanencia? Listorti, flamante conductor, será un verdugo bien dispuesto. “Ya lo hablamos con Gvirtz –dice–. Si le toca a Marcelo es parte de este circo, del laburo. A mí también me sacaron el cuero por las cámaras ocultas y cuando me pasó me la banqué: lo vi en casa y me cagué de risa.”
–En la nueva promo se enfatiza esa idea de que TVR es una última trinchera contra los famosos...
D.G.: –Hay algo que no comparto de la TV, y es que sea tomada como un negocio. Ay, traigamos este formato de afuera. Y traen formatos malísimos en el verano más berreta de la historia reciente. Doce corazones, La pareja ideal: todo es lo mismo y nada varía desde Yo me quiero casar. Al “docurreality” ya lo hizo Polo (Fabián Polosecki) en su momento, y no da para más. El problema global de la TV del verano está en el volumen: todo se pierde en la marea de programas iguales.
–Pero sus programas de archivo también son un fetiche barato y rendidor...
–A mí me pidieron un formato del tipo El podio de la TV o Aunque usted no lo viera de tres canales. Y les dije que no. No podía salir a mostrar más de lo mismo. Yo no tengo problema de material para hacerlo pero hay que buscarle la vuelta de rosca, en un formato de concurso, por ejemplo, como el de Qué sabe usted de TV. Eso es interesante ideológicamente porque se reivindica el saber televisivo, en una revancha del nerd. No es puro archivo para hacer negocio.
–En resumen (eso que usted practica a menudo): ¿todo lo suyo es a la vez una oda y una diatriba al televisor?
–Así no se resume a mis programas. Así es el mundo en el que vivimos.
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