Mar 08.03.2005

ESPECTáCULOS  › ENTREVISTA A ALEX OLLE Y JAVIER DAULTE

“Que nadie crea que me van a colgar de un arnés...”

La Fura dels Baus convocó al teatrista argentino para su próximo trabajo, un espectáculo basado en La metamorfosis.

› Por Cecilia Hopkins

Alex Ollé, uno de los directores artísticos del mítico grupo catalán La Fura dels Baus, llegó a Buenos Aires para concretar una primera reunión de trabajo con el autor y director Javier Daulte, a quien invitó a realizar la dramaturgia del próximo espectáculo del grupo, basado en La metamorfosis, de Franz Kafka. Según detallaron ambos teatristas en una conferencia de prensa que brindaron el viernes pasado, una vez concluida esta primera etapa en la que sentarán las bases narrativas del proyecto, se realizará el casting correspondiente en Barcelona y, tras unos meses de ensayo, se producirá en septiembre el estreno en la ciudad japonesa de Nagoya, en el marco de la feria universal del estado de Aichi. La idea de solicitar la colaboración del autor y director argentino surgió en Ollé luego de ver dos obras que Daulte estrenó en Barcelona, ambas orientadas hacia la expresión de lo fantástico pero desde un universo cotidiano.
“Después de ver Gore y ¿Estás ahí? me di cuenta de que esas dos obras reúnen un aspecto muy importante para la puesta de La metamorfosis: Javier sabe unir lo doméstico con lo extraordinario y hacer que el público conviva con esa mezcla con toda naturalidad”, destacó. Es por esta razón que Ollé piensa que la dramaturgia visual del grupo se verá muy enriquecida con el aporte de Daulte, y que se podrá concretar con éxito una versión del relato que Kafka escribió en 1913, en el cual Gregorio Samsa, un sacrificado viajante de comercio, se despierta una mañana “tras un sueño intranquilo” convertido en “un monstruoso insecto”. A lo largo del breve relato, ni la hermana ni los padres del protagonista, ante la gravedad de lo que sucede, aciertan en sus decisiones. Tampoco saben, según apunta Daulte, “asumir el carácter trágico de los hechos, de modo que esta banalización de lo trágico convierte a esta situación en algo muy contemporáneo”.
Fundada hace 25 años en Barcelona, La Fura dels Baus sobresalió en el panorama del teatro español de los ’80 por su estética posindustrial, y sus acciones de riesgo, entre otras, escalamientos, acrobacia de altura, inmersiones y manipulaciones con fuego. Con los años, sus performances –muchas de las cuales borraron las fronteras entre actores y público– fueron derivando hacia un terreno afín a la sofisticación tecnológica, como se vio en su espectáculo de sala Fausto.4, cuando visitaron Buenos Aires en 1999. Entre las diversificaciones de su trabajo también figura la ópera: recientemente, en París, La Fura montó una versión de La flauta mágica, de Mozart, de modo que, como destaca Ollé, “hay una faceta de la compañía que aquí no se conoce”.
Si bien en el inicio eran 9 actores, hoy todavía quedan 6 de aquel plantel originario, a los que se suman intérpretes en función de las necesidades de cada obra. Pero al igual que en sus comienzos, el grupo continúa sin un director fijo, ya que prefieren que cada integrante se haga cargo de la conducción de un proyecto determinado. Daulte aclara que no solamente estará a cargo de la versión literaria sino que también participará en decisiones de puesta, si bien ya hay algunos elementos del planteo inicial que están resueltos, especialmente desde lo visual. Según describe Ollé “habrá una gran pantalla de proyección y la habitación –el espacio íntimo y claustrofóbico donde sucede buena parte de la historia– será un cubo de cristales de policarbonato de 3x3 metros de lado”. Ambos están aún por descubrir cómo será el espacio que ocupa la familia del protagonista aunque, según adelantan, será de corte minimalista. “Nuestra aspiración es que sea un espectáculo concentrado –expresa Daulte– que tenga las mismas características de la narración de Kafka: un relato potente que se lee de un tirón y que parece la pesadilla de una noche. Y que conserve la fuerza de la impronta sensorial que produce la lectura de La metamorfosis. Estamos viendo cómo descubrir la fuerza de ese nivel de concentración.”
–¿Cuáles fueron las razones para elegir este texto de Kafka?
Alex Olle: –Nosotros veíamos que la obra de Kafka encajaba bien desde el lenguaje de La Fura. Pero, en realidad, el tomar este texto es una coartada para hablar del estado del ser humano, de la alienación, la mediocridad y la soledad en la que hoy vive el hombre.
Javier Daulte: –Hay un imaginario en Buenos Aires acerca de La Fura dels Baus. Su dramaturgia es muy singular: allí intervienen elementos narrativos tales como proyecciones y maquinarias. Pero que nadie crea que me van a colgar de un arnés ni que voy a salir a perseguir gente por un estadio (risas). El texto de La metamorfosis parece irrepresentable y esto me gusta porque me genera una sensación de desafío enorme. Kafka ponía lo extraordinario en un contexto cotidiano, cercano y posible. Y esto es algo que queremos conservar. Ahora, la dramaturgia estará más cerca del cineque del teatro. Esta es una producción muy compleja para la cual se deberá achicar lo más posible todo margen de error.
–¿Fue fácil comenzar a trabajar a pesar de que no se conocían?
J. D.: –Empezar un nuevo proyecto, dar los primeros pasos en algo nuevo es como pisar cemento fresco, porque las primeras huellas permanecen hasta el final... por ahora estamos muy contentos.
A. O.: –Todo ha sido muy ágil porque hubo muchos puntos de encuentro. Estas coincidencias generacionales (casi tenemos la misma edad) se han dado a nivel de cine y teatro, a pesar de haber vivido en continentes distintos. La cultura se globalizó en muchos aspectos, y encuentro con él tantos puntos en común como con otros directores españoles.
–¿Cómo ven a España en materia teatral?
A. O.: –En España está funcionando bien un teatro de entretenimiento. La gente no quiere ver ni oír determinadas cosas. En los ’80, cuando nacimos como grupo, había otros que también querían correr riesgos pero ahora ya no. Mi percepción de Buenos Aires es que se está viviendo un resurgimiento en muchas cosas después de lo que ha sucedido y que está en un muy buen momento teatral. Hay propuestas más creativas aquí que en Europa. Mi sensación es que hay un quiebre económico pero no espiritual.
J. D.: –En Europa se respira la angustia del bienestar. Se está en un momento de un intenso conservadurismo que es lo que sucede cuando hay algo que perder. Europa tiene mucho que perder, porque es un continente muy chico, rodeado de países muertos de hambre. Por eso, su constitución proclama una Europa para los europeos e intenta limar todas las diferencias culturales para que éstas tengan la menor incidencia posible en las grandes decisiones económicas y políticas.

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