Lun 07.01.2002

ESPECTáCULOS

Victor Hugo motiva homenajes y algo más, a 200 años de su nacimiento

Ya se inició el año “hugólatra” en Francia, con una extensa agenda de actos en su honor, y también con polémica alrededor de su figura.

Francia se prepara este año para rendir homenaje a Victor Hugo, al cumplirse el bicentenario de su nacimiento. Se entiende la importancia de la fecha, el programa de recordatorios que ya se inició e incluso la polémica que todavía despierta su inmensa figura: Victor Hugo es uno de los más grandes hombres de la historia francesa, escritor comprometido, personaje público de trascendencia y autor de obras universales como Los Miserables. Desde el Senado de la Nación a la Academia Francesa, museos, teatros, bibliotecas, y por supuesto colegios, liceos y universidades, una multitud de instituciones y medios de comunicación centrarán este año su atención en el escritor, “el Rey Sol de la Literatura”, como lo define Jean-Marc Hovasse, uno de sus nuevos y –según los elogios de la crítica-más brillantes biógrafos.
La Comedia Francesa se adelantó ya en noviembre del año pasado con el estreno de Ruy Blas, al sinfín de actos, conmemoraciones, programas y festividades anunciadas, en particular en Besancon (centro de Francia), donde el 26 de febrero de 1802 vino al mundo Victor Hugo en la familia de un general de Napoleón. En realidad, nadie esperó al día D para lanzar su propia avalancha “hugólatra” y emisoras como France Culture o France Musique incluyen en su agenda de enero numerosos programas dedicados al autor de “La leyenda de los siglos”, a su obra y a su intensa vida. Otra radio, France Inter, ofrece desde noviembre de 2001 la vida de Victor Hugo resumida por Max Gallo, autor de otra de sus más recientes biografías, mientras los escolares franceses comenzarán el año con la lectura en todas las aulas de un texto del escritor.
Semejante figura tiene también, sin embargo, sus detractores. Se trata en su mayoría de intelectuales poco tentados por “escritores con mensaje” o por ese “coloso” Hugo que también fue uno de los más fervorosos defensores de Napoleón –”pues le había prometido un ministerio”, suele argumentarse–, antes de oponerse a “Napoleón el pequeño” y partir al exilio durante años. Desde las páginas del diario Le Monde, Olivier Houdart recordó igualmente que Hugo “esperó a cumplir sus 46 años antes de declararse republicano y que pese a la tendencia de hacerle pasar por un subversivo, fue un amante del orden y la propiedad” y, en tanto que diputado, ordenó disparar contra los obreros parisienses que se sublevaron en junio de 1848. Este tipo de posturas son “malas lenguas” según Gallo, para quien Hugo se hizo monárquico y glosó a Carlos X y después a Louis-Philippe “por razones familiares”. Su madre, recuerda el biógrafo, había hecho lo propio después de que su amante, el general Victor Fanneau de Lahorie, fuese ejecutado tras haber participado en una conspiración contra Napoleón. Gallo agrega que Victor Hugo siempre dijo que “amaba al pueblo, pero odiaba a las masas” y, en 1848, cuando defendía la idea de la Regencia contra la opinión pública, ingresó en el Partido del Orden y llegó a apoyar a quienes disparaban contra una barricada. Lo cual no impidió, según el mismo Gallo, que finalmente terminase separándose de aquel Partido del Orden tras el golpe de Estado que llevó al presidente de la república al trono –con el “nuevo” nombre de Napoleón III–, y a él a un largo exilio, vivido no sin dolor. En Bruselas primero y luego en las islas británicas de Jersey y Guernesey, Victor Hugo militó y sobresalió en una resistencia irreductible a “Napoleón el pequeño”. Se recuerda su imagen y los relatos sobre él en aquel entonces, rodeado de muebles a veces tallados por él mismo y de inscripciones como “Anda y levántate” y “El espíritu sopla donde quiere, el honor va donde debe”.

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