ESPECTáCULOS
La carpa también se abre al futuro
Este fin de semana las actividades gratuitas de la Carpa Cultural Itinerante incluirán la exhibición de “Vandread”, una serie animada que se interna en un tiempo apocalíptico.
› Por Pablo Plotkin
El conflicto se desarrolla en el futuro, en un tiempo en que los terrícolas, al ser devastado su planeta, emprenden un exilio hacia galaxias que suponen vírgenes. Hombres y mujeres rompen relaciones. Cada sexo se recluye en su nave y sale a la conquista de un planeta. Las mujeres, dueñas del conocimiento y el poder tecnológico, levantan el imperio de Mejeiru y se constituyen en un género autosuficiente. Los hombres, más débiles, fundan Taraaku y, pese a su precariedad científica, consiguen reproducirse a través de métodos de laboratorio. Las generaciones posteriores al éxodo espacial no conocen a sus ancestros del sexo opuesto. La más pequeña intrusión puede traducirse en un desorden de civilizaciones irreversible. Es eso lo que ocurrirá en el primer capítulo de Vandread: Hibiki, un chico intrépido de 16 años, cae en manos de un comando de voluptuosas invasoras. El episodio se titula, oportunamente, “Chico conoce chica”. Una premisa argumental tan elemental como efectiva. El cosmos animé, se sabe, es complejo e inagotable. Desde tiempos de Robotech, los dibujos animados japoneses constituyen una industria tan popular en el Lejano Oriente como en buena parte de Occidente. En la Argentina, en cierta medida, el fenómeno todavía tiene proporciones de cofradía, más allá de algunos éxitos arrolladores como Pokémon. Vandread, cuyos tres primeros capítulos se proyectarán hoy a las 18.30 en la Carpa Cultural Itinerante en Parque Chacabuco (Av. Asamblea y Emilio Mitre), es obra de la última generación de la avanzada nipona. Producida por Gonzo (responsables, también de Martian Succesor Nadesico, Gate Keepers y Blue Submarine No. 6) y dirigida por Atsuhiro Tomioka, la serie parte de una idea apocalíptica para desplegar un puñado de obsesiones típicamente de género: batallas intergalácticas, robotización, un erotismo apenas sugerido.
El principio de la trama –la segregación de hombres y mujeres, el desconocimiento mutuo– genera una especie de tensión sexual que nunca pasa del pellizco a una nalga y la consabida cachetada, el plano detalle de un pecho voluminoso o la exhibición de una guerrera en una pose que parece más inspirada en el Kama Sutra que en la tradición marcial. Hibiki, en tanto, no sabe cómo comportarse frente a esas poderosas amazonas orientales. Ellas lo ven a él como materia de análisis alienígena. La edición es fragmentada, casi epiléptica, con musicalización euro-pop, y las escenas de combate le deben bastante a la estética del videojuego.
Organizada por el Centro Cultural Julián Centeya, esta jornada comiquera de la carpa itinerante empezará a las 16.30, con el taller de fanzine “Luz, cámara, historieta”. Después se verán los tres primeros capítulos de Vandread: “Boy meets girl” (Chico conoce chica), “And then I don’t know what to do” (Y entonces no sé qué hacer) y “This is how I will live” (Así es como viviré).
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