ESPECTáCULOS
El consejo de los expertos
Juan José Campanella y Fernando Castets, responsables de “El hijo de la novia”, explicaron a docentes secundarios porteños cómo escribir un buen guión.
› Por Oscar Ranzani
El concurso “Escuela, cámara acción”, destinado a estudiantes secundarios de la ciudad Buenos Aires e impulsado en abril por la Secretaría de Educación porteña en conjunto con la Federación Argentina de Productores de Cine y Audiovisual (FAPCA) y las cadenas Hoyts General Cinema, Village y Cinemark, entró en una nueva etapa. Ayer, durante dos horas, representantes docentes escucharon los consejos de Juan José Campanella y de Fernando Castets, director y guionista, respectivamente, de El hijo de la novia, la película argentina que resultó candidata al Oscar al mejor film extranjero en la última ceremonia de la Academia. Ambos se refirieron a los aspectos centrales del proceso creativo de una historia de ficción con el objetivo de que su experiencia les resulte de utilidad a los casi 25 mil alumnos de tercer, cuarto y quinto año de escuelas medias que participan actualmente del proyecto. Los estudiantes deben escribir un cuento de ficción y el trabajo seleccionado será adaptado al formato cinematográfico y exhibido, posteriormente, por las tres cadenas más grandes de la Argentina.
“Estamos tratando de generar una aproximación de la escuela a otras formas de expresión y de comunicación y el objetivo es que los chicos las aprecien y que escriban”, señaló el secretario de Educación Daniel Filmus, que estuvo presente en el acto junto a Campanella, Castets, Martín Alvarez Morales, presidente de la Cámara Argentina de exhibidores multipantalla, y Roxana Morduchowicz, coordinadora del proyecto. “Estamos trabajando bastante con la incorporación de nuevos lenguajes a la escuela. En estos momentos lo estamos haciendo con el cine. Esta es una nueva forma de trabajar en las aulas entre los docentes y los alumnos”, explicó el funcionario. De las 143 escuelas que tiene la ciudad de Buenos Aires, 122 están participando del concurso, que es optativo. Esto significa que más del 80% adhirió a la consigna.
Campanella señaló que “a la gente que no está acostumbrada a escribir profesionalmente lo que más le asusta es que todo parece muy confuso y hay mucho caos al principio. Es algo que atemoriza mucho y desalienta. Queremos explicarles que esa es la característica, el caos es lo normal. No es algo que le pase a la gente porque es incapaz”. Castets –cuya vocación de docente se notó en la charla– arrancó comentando que “las ideas surgen de un montón de lados pero de ninguno específico. Surgen de lo que a cada uno se le ocurre”. Luego brindó puntos de referencia: “La sistematización del trabajo parte, en principio, desde la observación. En la observación de lo cotidiano, de algo cercano o familiar que pasó desapercibido para el resto del mundo puede surgir una idea”.
El director recordó que “estamos muy acostumbrados al `saquen una hoja’ y que ahí se juega el bimestre o lo que uno escriba. Acá hay que desaprender todo eso. Realmente es por juicio y error: equivocarse y equivocarse. Hay que alentar el error, todo lo contrario a una prueba. Castets agregó: “y no perder nunca el concepto de juego, es decir, que tiene que ser placentero. Que no sea solemne. Y esto último no significa que no pueda ser serio”, destacó. “También es importante la visión del tercero”, explicó el guionista. Y el director acotó: “ustedes van a notar que cuando uno escribe cualquier cosa y se lo da a amigos o a gente en la que confía para que lo lean y así poder tener una visión más fresca, recibe muchísimos comentarios y críticas y alguna idea resuena como un diapasón”. Luego de la charla en la que no faltaron dudas, inquietudes y planteos de los docentes, Campanella se dispuso a mostrar en concreto el proceso de reelaboración de un guión. “Sirve para graficar las cosas que uno se pregunta en cuanto a la reescritura”, explicó antes de leer dos tramos del guión original de El hijo de la novia. Luego se exhibieron las dos escenas correspondientes, con acentuadas modificaciones que permitieron visualizar el viraje de las ideas primitivas. Finalmente los cineastas ofrecieron una perlita al público: el casting realizado a la actriz Claudia Fontán, que en la ficción hacía de ex esposa delprotagonista, Ricardo Darín. Los docentes pudieron darse una idea del estímulo para la improvisación necesario para el desarrollo del trabajo de escritura que deben realizar sus alumnos.