ESPECTáCULOS
› “APASIONADOS”, CON PABLO ECHARRI Y NANCY DUPLAA
Una comedia romántica, de telenovela
› Por Horacio Bernades
Se nota que los guionistas de Apasionados vieron La boda de mi mejor amigo. Aquí, como allá, se invierten los roles tradicionales: la novia oficial es la tonta (la mala, en este caso) y “la otra”, la buena. No falta el amigo gay (Pablo Rago en lugar de Rupert Everett) y la idea de que la boda, en caso de consumarse, no será un happy end sino todo lo contrario. En términos de casting, y siendo un producto comercial mil por mil, Apasionados da incluso un paso más que su modelo y se atreve a algo que le puede llegar a costar caro. Teniendo en cuenta que el obvio “gancho” de la película consiste en juntar, por primera vez en cine, a una pareja de superstars locales de reciente formación (Pablo Echarri/Nancy Duplaá), que Duplaá haga el papel de “bruja” va en contra de las expectativas y puede llegar a incidir negativamente en las boleterías.
En términos ideológicos, Apasionados indica que el ultraconservador grupo Telefé está pensando en aggiornarse. Considérese que uno de los pocos hombres gay que habían aparecido hasta ahora en el canal de las pelotitas (un personaje de “Verano del 98”) terminaba “regenerándose”, mientras que el Roberto que incorpora Pablo Rago es simpático, ocurrente, fiestero, tiene novio y amantes ...y no se muere ni se corrige ni se infecta con nada. Por otra parte, ésta es seguramente la primera vez en que la boda final (clásico inamovible de las películas del grupo) es presentada como el peor de los destinos para uno de los contrayentes, espantosamente manipulado por la sargentona de su novia. Claro que el aggiornamento llega hasta ahí nomás: si el novio huye de la boda no es para casarse con su novio, sino para ayudar en el parto a la chica a la que de veras quiere. Está claro que Telefé sigue siendo el canal (y la productora) de la familia.
La película aspira a comedia brillante en la primera parte y luego va mudando hacia una cosa más de telenovela, a partir de una premisa netamente cómica: Uma, una chica soltera (Natalia Verbecke, vista anteriormente en El hijo de la novia) decide tener un bebé de probeta y para ello le pide a Lucía, su mejor amiga (Duplaá) que le preste a su novio Nico (Echarri). El semen del novio, en realidad. Lucía no quiere saber nada; Nico tampoco, finalmente acceden, la pipeta se rompe y habrá que probar “a pelo” ... Lo único gracioso de la primera parte, que transcurre como en estado de sonambulismo (es increíble que tan poca cosa se les haya ocurrido a nada menos que cuatro guionistas) son las cabriolas que da la película para conciliar sexo y pacatería. Echarri y Verbecke van a la cama, pero apenas se ve el culito de él (obsequio para la hinchada) y un poquito de los pechos de ella. En lugar de decir “A mí no se me para”, Echarri dice “A mí no se me p...”.
Con la habitual pobreza técnica de esta clase de productos, una llamativa falta de amor para tratarse de una comedia romántica y actuaciones sorprendentemente dignas dado el contexto, Apasionados termina oponiendo a la chica buena, que sólo quiere ser mamá, con la profesional de carrera, jodida y despiadada, a la que sólo le importa su trabajo. No sea cosa de que alguien se confunda y crea que estamos en el siglo XXI.