Jue 18.07.2002

ESPECTáCULOS  › UN PASEO POR LA TRASTIENDA DE LOS NOTICIEROS DE CANAL 13, LOS MAS VISTOS

“Acá hay que empezar de nuevo todo el tiempo”

“Telenoche” tiene el doble o el triple de rating que programas periodísticos considerados claves. Santo Biasatti, Carlos De Elía (gerente de noticias) y Milena Zapata (productora ejecutiva) cuentan cómo lo logran.

› Por Mariano Blejman

¿Puede imaginarse el televidente promedio al serio, muy serio, Santo Biasatti tirado panza arriba sobre un escritorio gritando un gol de la Selección? Eso pasó y fue visto varias veces por la planta de noticias de Canal 13 sin demasiado asombro. Es que la sobriedad de Biasatti al encarar sus programas diarios se contrapone de modo notorio con su temperamento en privado. ¿Puede imaginarse a unos 50 productores persiguiendo por tierra, aire y mar a una sola persona? Eso pasó y fue realizado por la producción del noticiero cuando se enteraba del suicidio del empresario Alfredo Yabrán. ¿Puede imaginarse a un camarógrafo que cruza la ciudad en cinco minutos con una primicia en el bolso? Eso –y otras cosas– pasan habitualmente en la producción de Canal 13, según descubrió Página/12 al meterse en la cocina del noticiero que lidera en audiencia la televisión abierta del país. El alto encendido en “El Noticiero de Santo” (15 puntos de promedio en lo que va del año), “Telenoche” (22), “En Síntesis” de medianoche (12) y de un nuevo “En Síntesis” (de mañana) conducido por Débora Pérez Volpin (3.5, en un horario poco común para la noticia) debe tener varias explicaciones. Antes de eso, una certeza en el medio televisivo: cuando el público quiere ver noticias suele sintonizar el 13, sobre todo en situaciones críticas, pero también en la rutina diaria.
Detrás de todos esos programas está además la estructura de Todo Noticias que cumple 9 años este 2002, bajo la gerencia general de Ricardo Pipino. Mientras todo eso sucede cada día, se prepara para comienzos de setiembre el producto estrella del canal: “Telenoche investiga”, ciclo precursor en materia de cámara oculta, con la conducción de María Laura Santillán y Juan Miceli. Tanto Carlos De Elía, gerente de noticias, como Santo Biasatti, conductor, y Milena Zapata, productora ejecutiva de “Telenoche”, son esquivos a las declaraciones, aunque viven de ellas. Sin embargo, esta vez se animan a hablar frente a este diario: “Nuestra audiencia es cada vez mayor porque lamentablemente cada vez hay más gente en su casa”, dice De Elía. “No hay trabajo, ni dinero, ni ahorros y la información que nosotros damos es libre. El alto rating hace pensar que los televidentes depositan cierta confianza en nosotros, que entiende que no mentimos”, reflexiona.
La estructura de noticias del 13 tal cual existe hoy fue refundada en 1993 cuando nació Todo Noticias como uno de los primeros canales de noticias del país. Y se mantiene aún hoy, con 145 personas que sostienen el producto, entre proveedores por un lado y distribuidores en cable y aire por otro. Sin embargo, en el día a día es imposible disociar entre los noticieros del 13 y los de Todo Noticias. De Elía lo explica claramente: “Aquí el que no toca el piano para el mediodía, baila para la noche”. En su escritorio tiene cuatro televisores encendidos y un solo control remoto. Desde ese cubículo se deciden, de algún modo, enfoques, puntos de vistas y temas sobre los que hablarán los televidentes al otro día: “Tengo claro mi honestidad y me da alegría ser quien tome las determinaciones. Porque si se presenta un político como posible candidato que ha pagado para estar en el aire, o un fugaz ex presidente que todo el mundo descubrió misteriosamente, estoy influyendo en la vida política. Por suerte estoy yo. Se podría joder a mucha gente desde esta oficina”.
Si hay algo que sobra en la producción son televisores y monitores por donde se mire: unos 10 en la sala central, siete salas de edición más el área digital. Las caras visibles del noticiero caminan por los pasillos de la redacción como si estuvieran en casa: Mónica y César, Luis Otero, Sergio Gendler, Gustavo Silvestre, Marcelo Bonelli, Enrique Sdrech y Catalina D’lughi, entre algunos, andan por los pasillos sin ese halo intocable que aparece cuando se enciende el cartel rojo que espeta “En el aire”. La sala central de la producción, inundada de televisores, muestra el afuera en vivo y en directo. Biasatti, por ejemplo –que conduce con Silvia Martínez Cassina– sube generalmente el rating 10 puntos cada vez que aparece: de 6 a 16, en menos de una hora.
Existe un arte –el de la producción– que nunca tiene galardones en el mundo de la tele. Y Milena Zapata, la productora ejecutiva de “Telenoche”, lo sabe bien, ya que hace 15 años que está en el medio. Tiene dos chapecas apretadas y habla demasiado suave como para los estereotipos de su oficio. Maneja su equipo de siete personas (la mayoría mujeres) y tiene al staff de periodistas, editores, camarógrafos y el archivo a su disposición. “Trabajamos con presiones muy altas –dice como si hablara de otra persona–. Tenemos un buen grupo que nos permite ser personas más o menos normales. Si no hubiéramos reventado hace rato.” La presión apreta por todos lados: desde sacar al aire una noticia que sucede a último momento, hasta cuestiones más sutiles: “Cuando encaramos una cobertura nos preguntamos cómo ofrecer todas las voces o cómo mostrar una historia completa. Un equilibrio difícil”.
Los noticieros vienen jugando a la ruleta rusa con los nombramientos y las postulaciones, los ministros y funcionarios, además de los presidentes que se bajan a último momento. Por eso, Zapata acordó con su producción no escribir más potenciales. “Preferimos manejarnos con prudencia antes que estar trepados a lo inmediato”, dice. Mónica y César participan de las reuniones de producción aunque su profesionalismo les permite, a esta altura, llegar minutos antes de comenzar. Sin embargo, Zapata se siente tranquila: “Los conductores tienen un criterio de autoselección. Es muy placentero trabajar con ellos”. Al final del recorrido, Zapata se sienta en el control del estudio F4 y a punto de comenzar con “Telenoche” lanza una última idea que rebota en el aire: “La tele no es el reino del vacío, sino de lo efímero. Todo el tiempo hay que empezar de nuevo. Uno va, corre, arma, diseña y una vez que sale al aire no está más. Y vaya uno a saber dónde va a parar todo eso que se invirtió en energías y esperanzas”.

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