ESPECTáCULOS
Antes que salga el disco, el Flaco canta en la tele
La señal de cable Canal (á) emitirá esta noche un especial de una hora grabado en el show que Luis Alberto Spinetta concretó en Obras el 29 de diciembre del año pasado, a punto de ser editado en compact. A falta de clásicos, brilla con versiones íntimas.
Por Roque Casciero
¿Servirá ver el programa que Canal (á) emite hoy a las 22 para imaginar el nuevo álbum en vivo de Luis Alberto Spinetta, próximo a editarse? La respuesta no puede sino ser ambigua. Por una parte, la lógica indica que disco y programa fueron grabados en el mismo concierto; por otra, en el especial para la tevé sólo está condensada una de las tres horas de música que el Flaco entregó en su regreso al Estadio Obras. En general, lo que se verá corresponde a los segmentos más íntimos y a los más cercanos al jazz rock de ese concierto. Apenas el final, con “Ana no duerme”, aporta un poco de filo rockero.
El show con el que el mito rockero argentino presentaría Silver sorgo debió hacerse una semana antes, pero cuando los carteles que lo anunciaban todavía no tenían seco el pegamento; saqueos y cacerolazos echaron a Fernando de la Rúa de la Casa Rosada. En pleno estado de sitio y con siete muertos en la Plaza de Mayo, la cordura indicaba que había que postergar el concierto. Finalmente, se hizo el 29 de diciembre, con el país todavía en llamas: es una lástima que el programa de Canal (á) no contenga algunas de las frases que Spinetta dijo esa noche, porque sintetizó buena parte del sentimiento colectivo. Por ejemplo, cuando dedicó “Post Crucifixión” -que no está en el especial– a “todos los marginados y a los que murieron cagados a tiros de mierda”. O cuando presentó “Me gusta ese tajo” (otro clásico que tampoco puede verse) diciendo: “Este no es momento para festejar nada, sólo hay que resistir..., pero podemos divertirnos un rato”.
El programa comienza con cuatro canciones de Geo Ramma, la banda rapera de la que forma parte Valentino Spinetta, uno de los hijos del Flaco. El grupo juega claramente de visitante y apenas cuenta con la tolerancia y algunos aplausos respetuosos... precisamente porque Valentino es hijo de Luis Alberto. Debe haber sido difícil para los chicos pararse frente a ese público que estaba esperando otra cosa. Un Obras repleto que estalló cuando Spinetta padre entró al enorme escenario, apenas armado con una guitarra acústica, y dejó salir toda la belleza de “No me busques ya en el umbral (Umbral)”, una perlita de los tiempos de Jade. El set íntimo –al menos en su versión televisiva– se completa con “Ethake I” (de Silver sorgo) y “Don’t bother me”, el primer tema que George Harrison compuso para Los Beatles, en un homenaje al guitarrista que había fallecido hacía poco. Otro tributo a los Fab Four llegó más tarde en compañía de Graciela Cósceri, su entrenadora vocal: juntos cantaron “Good Night”.
La solidez y musicalidad de la banda que acompaña a Spinetta no son novedad: los teclados de Claudio Cardone y el bajo de Javier Malosetti tienen un sabor al jazz rock de la primera etapa de Jade, mientras que la batería del Tuerto Wirzt y la guitarra de Martín García Reinoso cargan de potencia y electricidad los temas más fuertes. Los invitados de esa noche también hicieron aportes interesantes. Juan Carlos “Mono” Fontana logró que su teclado se complementara perfecto con la voz del Flaco en “¿No ves que ya no somos chiquitos?” y “Al ver verás”; Dante Spinetta (ex Illya Kuryaki) rockeó con su guitarra mientras los Geo Ramma en pleno (y esto incluía al DJ) rapeaban parte de “Ana no duerme” en un espléndido fin de celebración.
Por estos días, Spinetta ha vuelto a ser noticia por su debut europeo en el Festival de Tolousse y por la inminencia de Argentina Sorgo Films Presenta: Luis Alberto Spinetta en el Estadio Obras II, el álbum en vivo ya mencionado. Tiene por delante, además, una presentación en El Teatro exclusiva para “¿Cuál es?”, el programa de radio de Mario Pergolini. Estoico en su decisión de aparecer a cuentagotas en los medios, potencia de ese modo la expectativa por cada encuentro con sus seguidores. Por eso, la respuesta al interrogante del principio de esta nota es lo de menos:hay una hora de Spinetta para ver y escuchar. Y eso sólo es un motivo para encender el televisor.