La producción audiovisual en Rosario se incrementó en los últimos años, desde que existe la Escuela Provincial de Cine y Televisión de Rosario, con las producciones de egresados y desertores que apostaron a la creación: desde animaciones en el “Sótano Cartoon” con trabajos premiados hasta videoclips de bandas locales, cortos y largos. En estos últimos tiempos, debido al estreno comercial de El asadito y El cumple, de Gustavo Postiglione (docente y fundador de la Epctv), y la película de Héctor Molina Ilusión de movimiento, se renovó la expectativa.
Actualmente, las 250 personas vinculadas a la producción local convierten a Rosario en un polo de producción que merece este párrafo aparte. Hay actores, músicos, artistas, plásticos y técnicos altamente capacitados. Pero hay un problema: “De las 30 películas en el año, habría que federalizar la recaudación”, opina Maximiliano Quintero, de La gallina de la sección, un corto de ficción, adaptado del escritor italiano Italo Calvino y filmado en 16 mm blanco y negro. La película realizada por Tantalofilm fue estrenada en noviembre de 2002 en el Centro de Expresiones Contemporáneas de Rosario, a sala llena. Esta historia de tres obreros de una fábrica quebrada participó del Festival de Toulouse 2003 en “Panorama del cortometraje latinoamericano”, en Uncipar y en Prima Azis 2003.
Silvia Duarte realizó Entrelazos “con cero recursos”, según cuenta. El proyecto salió de un grupo de teatro de Lito Cruz. Filmaron la historia de un pintor con su mujer y una amante en el mismo edificio. El trabajo se hizo en marzo de 2002 en un departamento, simulando ser dos diferentes. “Los equipos fueron prestados por la Epctv y los amigos pusieron el resto”, cuenta Duarte. “El presupuesto era de 28.000 pesos en noviembre de 2002, pero tuvimos costos bajo cero”, confiesa. Judith Villamayor filmó Rosario, un largo de ficción basado en Casablanca, que transcurre en una Rosario cortada por los piqueteros de un lado y protegida por Prefectura.
En el mundo documental, Ana Barzola armó la serie Postales de vida, en Totoras, a 60 kilómetros de Rosario. Hizo cinco capítulos sobre el lugar contado por la gente. “Intentamos rescatar la tradición oral, el anecdotario popular y personajes del sur de Santa Fe.” El capítulo “Semos mucho” recibió el premio ATVC 2002. El capítulo 3, “Imagineros”, se proyectó en Canal 7, en “Televisión regional”. El 4, sobre el cine del pueblo, participó del Festival Santiago Alvarez de Cuba en marzo. “El trabajo independiente debe mostrar nuestra identidad nacional, frente a este discurso que no admite la diversidad”, opina Barzola. Federico Actis realizó El Otro, premiado por mejor realización en el XIX Festival Latinoamericano de Rosario. En cuatro minutos cuenta “una metáfora de la intolerancia”. El Otro participó del Festival de Cine Latinoamericano en Toulouse. Mientras que Ey, de Diego Rolle, es un clip-animación sobre una banda de una ciudad llamada Matilada. “Aquí hay un movimiento muy interesante que nos convocó: nos unen las ganas de realizar.”
En tanto que en la ex inundada Santa Fe, Pablo Benzaquén viene peleando contra molinos de viento, tratando de seguir la huella cinéfila que alguna vez dejó Fernando Birri. Benzaquén hizo Sobrevivir y Peco, que participaron del 1º Feisal. Peco es sobre la desaparición de oficios manuales por la globalización. Mariana Wenger de Granadero Baigorria (provincia de Santa Fe) trabajó sobre Roberto Fontanarrosa, el trabajo fue emitido por Canal 7. Además hizo una ficción animada en homenaje a Vincent Van Gogh y realizó Juanito, el sueño de la esperanza, sobre Antonio Berni. Pero su historia es extensa: en 1987 su corto Modelo para armar fue premiado en Uncipar para competir en el Festival Unica, en Austria.