Sáb 12.04.2014

ESPECTáCULOS • SUBNOTA

Ni Dios

› Por Alejandro Tantanian *

Lo vi levantarse una vez muerto luego de ser Hamlet, con dificultad y enorme agilidad, para recibir los aplausos. Lo vi y lo escuché derramando arena de sueños frente a un telón carnavalesco siendo Próspero, lo recuerdo inmenso sentado en una mecedora siendo Rosita, tan inmensa y tan única, la mejor Rosita que yo supe ver, lo vi con la espalda vencida siendo Willy Loman y entendiendo esa tragedia con el cuerpo, fue Hamm y fue todo Beckett en ese Hamm, supo ser todos los Federicos posibles cuando decía Lorca. Escucho, sigo escuchando, seguiré escuchando su voz diciendo esos poetas que amaba.

Tuve la suerte de trabajar junto a Alfredo (gracias a una idea de Kive Staiff, quien quiso recordar el centenario de la muerte de Ibsen regalándome a mí la posibilidad de armar, junto a Nicolás Schuff, y dirigir un espectáculo que llamamos Recital Ibsen, y que tuvo como extraordinarios decidores a Alfredo Alcón y Elena Tasisto). En ese breve proceso de ensayos –que fue para mí una de las experiencias más reveladoras de todo mi trabajo– yo observaba todo el tiempo el silencio de Alfredo. Cuando Alfredo callaba, cuando no decía, eso seguía diciendo. El misterio. El más profundo y arcano de los misterios. Todo parecía detenerse, todo parecía significar cuando Alfredo callaba. Como si en el silencio se colara, definitivamente, la eternidad, y el aire se preparara para recibir la tormenta de la palabra. Así será, entonces, desde hoy. Nadie podrá intentar silenciar su silencio. Ni Dios. Quienes amamos el misterio (o la palabra) sabremos escuchar.

* Director teatral.

Nota madre

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux