ESPECTáCULOS
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Un viejo vínculo
Al referirse a los cambios en la escena argentina desde los contactos iniciales que mantuvo en los ‘80 –entre otros, sus trabajos en colaboración con la actriz Mónica Driollet y una puesta de Macbeth. Imágenes, de Rodrigo García–, Guillermo Heras admite que son complejos. De todas formas atribuye al teatro local “extraordinaria vitalidad y capacidad de transformación”. En este punto, dice: “Cuando llegué por primera vez a Buenos Aires impartí un taller sobre una obra del alemán Heiner Müller y me sorprendió cómo, junto a una generación muy profesional y muy formada en Stanislavski y en ciertas líneas tradicionales, empezaba a vislumbrarse una joven generación con un lenguaje propio, muy autónomo. A lo largo de los ‘90 esa generación se fue consolidando y hoy conforma un núcleo realmente excepcional. Trabajé con muchos creadores argentinos en los últimos años, en talleres, puestas en escena y seminarios. Hasta charlando tranquilamente delante de un asado he aprendido. Esta experiencia argentina me ayudó, más que otras, a la hora de evolucionar mi pensamiento escénico.
Nota madre
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