- Los pensionados: Intentando acaparar el éxito de Son amores a fuerza del trío Cabré-Martínez-Bertotti, Adrián Suar diseñó una comedia centrada en una pensión con un elenco joven. La idea naufragó en una trama amplia y desprolija, que nunca pudo establecer el marco ideal de relaciones entre los personajes. Los cambios de urgencia no salvaron al ciclo.
- El deseo: Tras el fenómeno de Resistiré, Telefé volvió a apostar a una telenovela diferencial, más cercana al thriller de suspenso que al molde tradicional. Una trama rebuscada, que no incluía a una pareja protagónica fuerte, conspiró para el desarrollo de una historia que pasó de su emisión diaria a un formato semanal y terminó en el olvido.
- Domínico: Nicolás Repetto regresó para incursionar en el periodismo. La liviandad de un programa que ideológicamente se situó llamativamente a la derecha representada por Blumberg & Co., más algunos escandaletes menores, atentaron contra un ciclo que nunca encontró su tono.
- Mosca y Smith en el Once: Agulla y Bacetti anunciaron su ingreso en la ficción augurando un programa sorprendente. Lo que se vio irrumpió, provocó, aburrió y lo amordazaron. La historia era tediosa.
- Los machos de América: La primera apuesta de ficción de América hizo agua por todas partes: los problemas técnicos de los primeros episodios, el casi nulo nudo dramático de los guiones y el escaso compromiso del elenco actoral hicieron de Los machos de América un producto pobre, casi amateur.