ESPECTáCULOS
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Seu Jorge, el duque negro de “Vida acuática”
› Por Martín Pérez
“En la cubierta de nuestro barco, el ‘Belafonte’, mientras avanzábamos a toda velocidad en mar abierto. Desde el escenario de un teatro de ópera en Nápoles. En nuestros sets en Cinecittá. E incluso sentado en el techo de un faro que construimos cerca de un castillo medieval.” Esos son todos los lugares en los que, según enumera Wes Anderson en el librillo interno del compact que compila la banda de sonido de Vida acuática, cantó Seu Jorge sus once versiones de temas de David Bowie incluidas en su última película. Sólo cinco de ellas (Rebel, rebel, Rock’n’roll suicide y Five years, entre otras) aparecen en el disco como si no hubieran recibido regrabación alguna, tal cual fueron registradas en cada toma. Pero fueron suficientes para convertir a Seu Jorge en la gran revelación del film de Anderson, una rareza que el mundo musical ha celebrado mucho antes (y mucho más) que cualquier cinéfilo.
Cuenta el periodista Max De Tomassi que cuando Seu Jorge recibió la invitación de Anderson dudó un poco antes de aceptar el convite. Pero sus colegas de la escena musical carioca, como Ed Motta o Marisa Monte, lo convencieron de que era una buena oportunidad para él, que la iba a pasar bien en Roma. Y allá fue, entonces, a ponerse al servicio del tan musical Wes junto a Jeff Goldblum, Anjelica Houston, Cate Blanchett, Willem Dafoe y Owen Wilson, entre otros. A encarnar a uno más de la tripulación de ese extraño Jacques Cousteau devenido en cineasta independiente encarnado por Bill Murray, de gorro blanco y mameluco celeste, como todos. Pero, a diferencia de los demás, Seu Jorge lleva consigo su guitarra. Y con ella interpreta sus fascinantes versiones acústicas y en portugués del repertorio del duque blanco, que supo darle la bendición tanto a Wes Anderson como a Seu Jorge.
Nacido como Jorge Mario da Silva en las afueras de Río de Janeiro hace treinta y cinco años, Seu Jorge ya había escapado de la pobreza y encontrado un lugar pequeño pero propio dentro de la joven escena musical brasileña –junto a Planet Hemp y Marcelo D2– cuando fue convocado por Fernando Meirelles y Katia Lund para interpretar el personaje de Mané Galinha en la multipremiada Ciudad de Dios. Sus antecedentes cinematográficos apenas si incluían una aparición, como parte del grupo Farofa Carioca, en el documental de Mika Kaurismäki titulado igual que el primer disco del grupo, Moro no Brasil. Como músico, sin embargo, ya había grabado su primer álbum solista, producido por Mario Caldato Jr, conocido por haber realizado similar trabajo con los Beastie Boys. Pero Samba esporte fino –tal el nombre de ese álbum debut– recién recibió la atención de la gran prensa brasileña cuando fue reeditado luego del éxito del film basado en la novela de Paulo Lins.
Luego de rodar con Wes Anderson, pero mucho antes del estreno oficial de Vida acuática, Seu Jorge grabó y editó un DVD en Brasil con un show en vivo registrado en San Pablo (titulado MTV Apresenta Seu Jorge), y luego editó en Francia un álbum solista apropiadamente bautizado Cru, que es el puerto donde terminan quienes descubren sus versiones de Bowie en la banda de sonido del film de Anderson. Allí Seu Jorge se presenta musicalmente casi tan desnudo –o crudo, para hacerle justicia el título del álbum– como en la película de Anderson. Pero no hay ninguna versión de Bowie en Cru, apenas alguna adaptación de Gainsbourg y de Don’t, un tema de Leiber Stoller que fuese interpretado por Elvis Presley. Mientras se anuncia su aparición al lado de Fernanda Montenegro en la película Casa de Areia, de Andrucha Waddington, sólo queda esperar que MTV programe un clip que su señal brasileña (e incluso europea) exhibe profusamente: el de Tive Razao, el primer tema de Cru, en el que aparecen Willem Dafoe y Bill Murray, con quienes compartió tanto la Vida acuática como el resto.
Nota madre
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› Por Martín Pérez