Una de las premisas básicas de toda señal comunitaria es la de ofrecer un mínimo de un 30 por ciento de la programación al área de capacitación a distancia, siempre en relación con las necesidades locales. Por eso TV Roc y los canales argentinos prevén la enseñanza de oficios como el de mesero, barman, portero de edificios, recepcionista y conserje de hotel. A su vez, se dirigen a aspectos de lo cotidiano: cómo comprar más barato, cómo cocinar de modo económico, dónde se consiguen los mejores precios, qué conviene saber para armar un CV Vitae, qué decir en una entrevista de trabajo, cómo construir el look para caerle bien al jefe. El formato de los cursos trata de llegar a la mayor cantidad posible de gente, y por eso hay poco texto escrito, mucha imagen, testimonio oral, relato de experiencia previa de contratados o consumidores, instrucciones dramatizadas y, claro, el formato estandarizado de la clase de cocina a cargo de las mujeres experimentadas de la zona. En el mismo rubro de servicios, la TV comunitaria tiene una agenda abierta emparentada con el experimento TV Abierta, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, donde cada solicitante tenía derecho a unos minutos de fama para promocionar servicios, productos o habilidades. Sin límite de tiempo ni restricciones formales, el canal comunitario nunca dice que no. “El sistema es sencillo”, dice Quinterno. “Ellos saben dónde estamos, desde dónde transmitimos. Acá nadie tiene que pedir el espacio. Toman la palabra.”