ESPECTáCULOS
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Recuerdos antes que ideas
Tizón recuerda con precisión los días de la juventud en que se supo escritor, aunque entonces no conocía la materia con que moldearía los libros a los que iría dando forma a lo largo de los años. Tenía 14 años cuando un conocido le compró un cuento que publicó en un diario con su firma. “Y pese a eso fue como un anuncio de lo que podía hacer, de lo que vendría”, recuerda.
–¿De dónde nacen las historias?
–De las vivencias personales, de los recuerdos antes que de las ideas. Cuanto más cerebral, más pensado, es un argumento, menos útil será. Uno escribe sólo acerca de lo que sabe y que conoce, de aquello que de un modo u otro ha pasado por su cuerpo.
–¿Un escritor es fruto del inconformismo?
–Por supuesto, de haber sido completamente felices, ninguno de nosotros hubiera escrito ni una sola línea.
–Usted fue amigo personal de Juan Rulfo. ¿Qué es lo que más recuerda de él?
–Sus silencios. Su inmensa cultura: sabía horrores hasta de literatura escandinava. Su tristeza, también. Al final de la vida había dejado de beber y estaba muy deprimido. Nunca aceptó que no sería capaz de volver a volar como lo había hecho con El llano en llamas y Pedro Páramo. Vivió masticando su frustración en soledad, eso me da mucha lástima.
–¿Usted trabaja en un nuevo libro actualmente?
–Sí, una historia de amor, pero no diré más que eso.
Nota madre
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