ESPECTáCULOS
• SUBNOTA › “LA REINA DE LOS CONDENADOS”, CON LA MALOGRADA AALIYAH
Vampiros estilo heavy metal
› Por Horacio Bernades
Paradójicamente, quizás por lidiar con gente de vida eterna, parecería que el nombre de la novelista Anne Rice –reina contemporánea del vampirismo– resulta letal cada vez que llega al cine. River Phoenix, que iba a hacer el papel de Brad Pitt en Entrevista con el vampiro –basada en una de sus novelas– murió antes de ello como consecuencia de un coctel excesivo, y ahora la que pasó a mejor vida fue la morocha Aaliyah, joven reina del soul y el hip hop, quien falleció en un accidente de aviación después de actuar en La reina de los condenados, basada en otra novela de Rice.
Rebuscado intento de demitificar el mundo de los colmilludos, La reina de los condenados –versión cinematográfica de The Vampire Chronicles– presenta al decadente y lujurioso Lestat (el mismo de Entrevista con un vampiro) dejando la tumba, por sentirse demasiado solo. Aunque la imagen lo muestra llevando un violín, en busca de socialización se hará cantante de un grupo dark-metalero. Vampiro contemporáneo aunque suene contradictorio, de entrada nomás sale Lestat del closet, confesando ante la prensa internacional que lo suyo es la sangre ajena. De allí en más, el resto de sus congéneres, más conservadores, lo buscará para asesinarlo por haber develado el secreto. Lo harán sin estacas ni ajos. La luz sí parece afectarlos, pero no mucho: La reina de los condenados no es una película que se caracterice por su rigor.
Por alguna razón hay más incineraciones que sangre, más explicaciones que acciones, mucho heavy metal para un público adolescente de oídos fuertes (en una de las múltiples inconsecuencias de la película, Aliyah no canta nada), un megaconcierto en el Valle de la Muerte con un montón de chupasangres practicando algo parecido al kung fu y una batalla final entre vampiros tradicionalistas y otros más desprejuiciados. Que quieren salir a la luz, ignorando que lo suyo son los sótanos y las sombras. Ese podría haber sido también el destino de este pastiche exangüe.
Nota madre
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